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El calambre de Bernabé (Opinión)

No hay nada peor que ver el fútbol por imperativo legal para con uno mismo. Creo que nadie se pone ya al Albacete con la camiseta puesta, las pipas y la birra. Nos ponemos al Alba porque es el Alba y porque verlo es un deber con nuestra forma de vida. Las dos horas a la semana del partido del Alba son, salvo boda, bautizo o comunión, casi tan sagradas como un recuento en la cárcel. Lo que me rechina de todo esto es haber llegado hasta aquí y leer la palabra honor.

Un honor que, entiendo, atribuyen a Noguerol, porque estoy seguro de que este empate con Menéndez en el banquillo sería el enésimo ridículo del equipo. Pero claro, Noguerol es del Alba y además está ligado a la consanguinidad del club. Qué va a decir el bueno de Fran. Él no tiene culpa de nada, pero seamos serios: en Almería solo valía la victoria y se ha empatado. No apunten a Noguerol, pero tampoco saquen pecho del honor o del orgullo del Alba. De la supuesta raza de los que han batallado en los Juegos del Mediterráneo.

El Alba ha sellado en Almería, por San Isidro del 21, lo que aquí pronosticamos un 18 de agosto del 20. El honor y el orgullo lo tenían que haber mostrado entonces, conformando una plantilla acorde a las exigencias de Lucas Alcaraz, al que dejaron tirado. Lucas no rajó hasta que estuvo fuera. López Garai pasó sin pena ni gloria, pese a que reflotó al equipo antes de volver a hundirlo, y Menéndez consiguió tres victorias seguidas y se pensó que eran las tres Copas de Europa consecutivas de Zidane. Los que mandan lo mantuvieron y él se dedicó a cantar misa atea en rueda de prensa. Y cuando todo estaba perdido, el comodín de Noguerol, antaño Mario Simón. Y mientras este intenta concienciar a la plantilla, sale el embajador del Albacete en el Líbano y cónsul en la Costa del Sol a decir que ya hay nuevo proyecto deportivo y que la culpa es de los jugadores. Y todos, tan contentos. ¡Hay nuevo proyecto! ¡Estamos salvados! ¡Vuelve el Queso Mecánico!

Y, de repente, Alfonso Serrano, el Mauro Pérez de la Segunda B. Ese es el proyecto de Skyline. El Albacete se ha ido al gueto semiprofesional y no hay muchos más análisis que hacer. Habrá que confiar en Alfonso Serrano, que es cierto que ha tenido años buenos en Tenerife y que ha trabajado con grandes equipos gestores en Valencia o Málaga. Como decimos siempre, la suerte de Serrano será la suerte del Alba. Si al Alba le van bien las cosas, seremos felices. Y ahí está la diferencia. Si al Alba le va mal, ellos se irán y tu que lees esto seguirás yendo al Belmonte, si te dejan, o enchufándote al Plus cada fin de semana con la única motivación de que el Alba no se arrastre.

Solo espero de este Alba que no haya calambres como el de Bernabé. Ha hecho un gran partido, pero que un tío que lleva todo el año sin jugar y llega fresco a mayo, siendo portero, no se entiende que se le suba un gemelo. Y es que desde que salieron del Albacete profesionales como Pedro Gómez o Alberto Piernas, el físico de la plantilla ha dejado mucho que desear. Nadie llega al minuto 90 con brío y siempre se acaba pidiendo la hora. Eso es lo primero que ha de corregir el club, pero no lo único. Tiene trabajo por delante y el primer paso ya lo ha dado, asumir el descenso. El segundo, lo del proyecto deportivo, está por ver. El tercero es ascender a la primera. ¿Lo conseguirán? Seguimos a la espera de que alguien hable.