El diario El Mundo recoge hoy unas declaraciones del director de cine albaceteño José Luis Cuerda sobre los Escolapios de Albacete que a buen seguro crearán polémica.
Definen en el reportaje a Cuerda y Alejandro Amenábar como ateos y directores de cine y señalan que «en los Escolapios descubrieron la hirsuta realidad que propone una cierta fe religiosa. Allí se forraron de temores preadolescentes y allí aprendieron a escoger un principio de naturaleza caída fuera del paraíso prometido. Después vino el cine a proponer pecados más intensos y a restañar las dudas».
En este sentido, El Mundo recoge las palabras de Cuerda sobre que: «No sé en tu caso, pero los Escolapios de Albacete eran el penal de los Escolapios de la Comunidad Valenciana. Mi colegio estaba lleno de docentes sádicos y algunos, además, homosexuales agresivos… No soy quién para decirle que no use la muleta de la religión a quien la necesite, pero que no me pida que yo la asuma para que él camine mejor… Entre otros motivos, por pura lógica. En qué cabeza cabe como válida la invención de que Dios es todopoderoso y a la vez bondad infinita. Si alguien es todo poderoso tiene muchas papeletas para ser malvado. Aunque esta obviedad no se deduce en la infancia. Y menos si la pasas en los Escolapios».
Sigue el artículo afirmando que «José Luis Cuerda es un ejemplar de aquel Albacete hondo de 1947. Alejandro Amenábar es un chileno de 1972 trasplantado a Madrid cuando Pinochet desplegó su chusma asesina por las calles de Santiago. Nada indicaba que estos dos hombres tuvieran que encontrarse, pero igual que una misma voz profética les auguraba un futuro catastrófico en los Escolapios fueron a juntarse en otro codo del camino».