
El colegiado del partido del Toledo indicaba en su acta que el míster de este equipo, Onésimo Sánchez González, una vez finalizado el partido “me esperaba en la puerta de mi vestuario, haciendo observaciones sobre mi actuación”. Ha dicho que le pidió que dejara de hacerlo y no lo hizo por lo que lo expulsó y que entonces “penetró detrás de mí en mi vestuario” y que le dijo “a ver qué pones en el acta, que te denuncio”. Detalla que “posteriormente, me acorraló en la esquina derecha de mi vestuario y me puso las manos sobre mi pecho, le dije que se marchara y no me tocara y me respondió diciendo que “tú y yo acabamos hoy en el calabozo”. En ese momento entraron dos policías y se lo llevaron a la fuerza, fuera del vestuario, donde volvió a dirigirse a mí”, afirma que le dijo que “como te atrevas a mentir en el acta te denuncio”.
