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Mario Ortiz está llamado a ser Álvaro Rubio, un jugador al que se ha enfrentado hoy y al quebse asemeja en su manera de acariciar el esférico.
Álvaro dejó tan buena impresión en su paso por el conjunto blanco que hoy la parroquia albaceteña lo ha despedido con una ovación al ser cambiado.
Esperemos que Mario se ‘gane’ también a la hinchada albacetista y deje ese poso de calidad que dejó Rubio. El estilo, parece, lo tiene. Sólo falta que lo rubrique esta temporada con buenos partidos.