El Ayuntamiento de Albacete ha guardado un minuto de silencio en señal de condena por el atentado de Manchester. Además del equipo de Gobierno y representantes de los partidos políticos municipales, han estado el presidente de la Diputación, Santiago Cabañero, o el delegado de la Junta, Pedro Antonio Ruiz Santos, entre otros.
El alcalde de Albacete, Javier Cuenca, se ha sumado al minuto de silencio convocado esta mañana a las puertas del Consistorio albaceteño para mostrar su condena y repulsa más enérgica ante el atentado ocurrido la pasada noche en Manchester, en el que al menos 22 personas han perdido la vida, entre ellas menores y jóvenes, y otras 59 han resultado heridas.
Javier Cuenca se ha sumado al sentimiento de dolor y tristeza de los familiares y amigos de las víctimas, asegurando que “los albaceteños lloramos la muerte de tantos inocentes y nos sumamos al drama de Manchester”.
El presidente de la Diputación de Albacete, Santiago Cabañero, mostró «en nombre de toda la provincia de Albacete» su «condena más unánime a la sinrazón y barbarie que supone un atentado como el que se produjo anoche en Manchester». «Ningún atentado tiene razón de ser ni respuestas, no sabemos el porqué ni en nombre de qué pero lo que sí sabemos es que la barbarie está acabando con demasiadas vidas», expuso el presidente, para quien además «en este caso han sido muchos niños los fallecidos y muchos familiares los que se van a quedar si sus hijos, que han visto cortada su vida simplemente por haber ido a divertirse a un concierto».
Santiago Cabañero asistió junto a otros diputados en representación de la institución provincial al minuto de silencio convocado a las puertas del Ayuntamiento de Albacete como acto de repulsa, tras el que aseguró que «por desgracia, en una semana hemos tenido que guardar dos veces minuto de silencio por este tipo de barbaridades, y estamos especialmente conmocionados en este caso por la corta edad de las víctimas». Para finalizar, el presidente quiso enviar sus «condolencias tanto para el conjunto del pueblo británico como para las familias de los fallecidos».
