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En Albacete tenemos un alcalde prêt-à-porter

La sufrida ciudadanía albaceteña bien puede afirmar, sin temor a equivocarse, que tiene un alcalde prêt-à-porter, un alcalde que siempre está listo para llevarse a su huerto lo que más le convenga, aunque no le convenza lo más mínimo, un alcalde al que, al menos en apariencia, todo le cae bien, pero que luego hace de su capa un sayo en cuanto te das media vuelta. En resumen, que tenemos un alcalde que no está hecho a la medida de nuestra ciudad, solo así se pueden explicar algunas de las decisiones adoptadas desde la soledad del despacho de la primera planta de la Casa Consistorial.
 
Si tuviéramos un alcalde hecho a la medida de Albacete no sería necesario recordarle cada dos por tres, que es necesario, yo diría casi imprescindible, mantener abierta al público y en perfecto estado de revista, al menos una sala de estudio de las varias que dispone la red de bibliotecas municipales. Pero como tenemos un alcalde prêt-à-porter, hay que llamarle la atención constantemente sobre lo evidente, y lo evidente, es que los chicos y chicas de nuestra ciudad también tienen, entre otras, la buena costumbre de hincar los codos los fines de semana, sobre todo en determinadas épocas del año, cuando los exámenes asoman a la vuelta de la esquina. Pero es que además, en este caso, llueve sobre mojado, porque lo que ayer no podía ser, supongo que porque la apertura la demandaba con insistencia la oposición, hoy es posible, por la sencilla razón de que así lo ha decidido la concejala del ramo, ¡faltaría más!, que para eso gobernamos, ha debido de pensar, sin caer en la cuenta, de que las veletas sirven para indicar la dirección del viento, pero no para tomar decisiones, sobre todo de las buenas.
 
Si tuviéramos un alcalde hecho a la medida de nuestra ciudad, hace tiempo que hubiera mandado recado al concejal responsable de Urvial, haciéndole saber que no es de recibo que se vayan arrancando hojas al calendario, hasta casi acabar el mandato corporativo, sin haber puesto ni un mísero ladrillo sobre el que iniciar la construcción alguna vivienda pública con el sello municipal, sabiendo que el listón que puso la anterior alcaldesa de la ciudad, a la sazón también afiliada al Partido Popular, estaba tan bajo, que con que se levantará tan solo una sola vivienda, ya superaría la hazaña llevada a cabo en este campo por la anterior alcaldesa. Y lo peor del caso, es que gracias a una enmienda del Grupo Municipal Socialista a los presupuestos de este año, el Ayuntamiento tiene en caja cuatro millones de euros para construir vivienda pública. Unos fondos que estarán depositados a plazo fijo en alguna cuenta corriente generando magros intereses, porque a pesar de que su finalidad estaba clara, la empresa pública Urvial, a estas alturas del año, no ha recibido ni un solo euro. Eso es lo que tiene ser prêt-à-porter, que a veces se le va a uno el santo al cielo, porque se está más pendiente del tiro de la sisa o del roce del bajo sobre el zapato, que de la hechura en general, y así pasa.
 
Si tuviéramos un alcalde hecho a la medida de la ciudadanía ahora no se estaría discutiendo si el Ayuntamiento tiene que alquilar o comprar parte del edificio que ocupaba el antiguo Banco de España en pleno Altozano, para albergar en el mismo una biblioteca y una sala de estudio, por la sencilla razón de que ya estaría en uso como sede del Museo Nacional del Circo, pero como al Partido Popular se le metió entre ceja y ceja que de eso nada, monada, dejó que caducara el encargo que el gobierno de entonces tenía ultimado con la empresa pública Segypsa, para que iniciara las obras de rehabilitación del edificio, y de eso hace ya seis años. Seis años perdidos para ese edificio y seis años perdidos para la ciudad y la ciudadanía, y solo por pura cabezonería.
 
No seré yo quien ponga la más mínima pega al proyecto de la biblioteca y sala de estudio, que me parece una muy buena idea, por mucho que lleve la firma del grupo municipal de Ciudadanos, por cierto, tan buena como la del Museo Nacional del Circo, todo hay que decirlo. Lo que si pongo en duda es que el alcalde prêt-à-porter que nos ha tocado en suerte, la vaya a llevar a buen fin, y no solo porque en los dos años que ya hayan transcurrido desde que se aprobó la moción en el Pleno, solo haya mantenido un par de reuniones con responsables del Ministerio de Hacienda, propietario del edificio, que ya ves tú el interés, sino porque estoy convencido de que este proyecto, a él, ni le va ni le viene, y que le deja tan frio, como un mala faena de muleta deja al respetable en una tarde de toros. ¡Que inventen ellos!, que dijo Don Miguel de Unamuno, debe pensar nuestro alcalde.
Si tuviéramos un alcalde hecho a nuestra medida, a estas alturas del partido, la Plataforma Logística Intermodal llevaría camino de ser una realidad y no un proyecto más que dormirá el sueño de los justos hasta las próximas Elecciones Municipales. Y eso, que la que fue Consejera de Fomento en el Gobierno de Cospedal, Marta García de la Calzada, quien presentó a bombo y platillo el día de los enamorados del año 2012 en el centro cultural de La Asunción, el proyecto de la Plataforma Intermodal Logística para el transporte de mercancías del que dijo necesita del apoyo empresarial como “paso fundamental para que la plataforma finalmente sea una realidad”. Un proyecto que incluía, nada más y nada menos, que tres posibles ubicaciones, todas ellas anexas a las vías del ferrocarril. Proyecto este del que nuestro alcalde no debe tener conocimiento, o si lo tiene, le debió parecer anticuado, trasnochado o incompleto, cuando le hizo un encargo similar a la empresa municipal Emisalba, que dicho sea de paso, la intervención municipal tiró para atrás hace pocos días, enviando al alcalde de nuevo a la casilla de salida y además sin ideas propias, que es lo malo que tiene ser prêt-à-porter, que todo viene de serie y sin alternativas.
¿Verdad, querido lector, que si queremos tener un alcalde hecho a la medida de la ciudad, ya sabemos lo que tenemos que hacer?, ¡pues hale!, que ya falta menos.
Y a todo esto el Alba, a la chita callando, continúa en puestos de promoción. ¡Ah!, que se me olvidaba, si pasáis por la punta del parque y veis algo raro, no os extrañéis, es el mástil de la bandera king size que estrenaremos el día de la Constitución. Y es que hay gente que se empeña en medir el patriotismo en metros cuadrados de tela.