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EXIGENTES «PEDRESES» Y TRES OREJAS DE VOLUNTAD

Ángel Olmo

El albaceteño realizó una faena  a su primero con momentos de temple y mano baja aunque sin ajustarse con su oponente; toreó demasiado periférico aunque animoso, todo hay que decirlo. Cortó una oreja que ojalá le sirva de cara al futuro.

En su segundo, cuarto de la tarde, la falta de oficio, lógica por otra parte, pesó demasiado en Olmo: varios enganchones y tirones que dificultaron la labor ante un astado de “Pedrés” que demandaba telas más experimentadas.  Además, el utrero se fue complicando según transcurría la faena de muleta. Falta sumar festejos para ganar pericia. Ánimo.

Filiberto

Era el más toreado y eso a la fuerza debe notarse. La labor al segundo de la tarde tuvo algunos pasajes de brillantez, especialmente con la mano izquierda. Si bien con intermitencias, apuntamos varios pases con gusto. Dio la sensación de que con un punto más de sabor por parte del coletudo, la faena habría tomado altos vuelos.

Lamentablemente, resultó prendido por su segundo, quinto de la tarde, un novillo muy mirón y exigente que no era fácil. Mientras estaba en la enfermería, su cuadrilla dio la vuelta al ruedo en un gesto de sensibilidad por parte del respetable. Le deseamos suerte y una pronta y satisfactoria recuperación.

Parte médico de Filiberto: “Cornada de 25 centímetros en la cara interna del tercio superior del muslo izquierdo, de carácter superficial, que afecta al abductor y causa desgarros longitudinales a nivel también superficial. Pronóstico menos grave”.

Álvaro Lorenzo

El toledano, que era el menos rodado de los tres, se las vio con el tercero de la tarde, quizás pecando en ocasiones de encimista ante un novillo que no duró demasiado y que además resultó pegajoso. En el que cerraba plaza, Lorenzo, lejos de amilanarse, se esforzó al máximo con la clara intención de agradar, forzando al límite, tanto, que casi le cuesta un percance. La emotividad de lo sucedido, unido a una estocada efectiva, se tradujo en la obtención de un trofeo.

Como al resto de sus compañeros de terna, le deseamos mucha suerte en el desierto con pocos oasis que es el escalafón novilleril. El futuro son los novilleros, no lo olviden. Sin relevo generacional, la Fiesta no puede regenerarse. Afortunadamente, Albacete ha mantenido el número de novilladas del abono. Que con la que está cayendo, ya es un logro…

“Pedrés”

Cumplió con las expectativas generadas. Entre correctos y bien o muy bien presentados anduvieron los ejemplares lidiados, aunque apuntamos una leve desigualdad. Algunos fueron aplaudidos por el público al salir de chiqueros. Destacaron primero y segundo que, pese a no andar sobrados de fuerza, sí tuvieron casta, humillando y con clase. El tercero resultó bajo de casta.

Cuarto, quinto y sexto fueron más exigentes, muy en tipo de Aldeanueva – El Raboso, cornúpetas que pedían el carné de novillero experimentado. ¿Un puyazo hubiera ahormado sus embestidas? Creemos que sí. Qué pena que el de ayer no fuese el día de los picadores ni de los puyazos, salvo alguna honrosa excepción. La suerte de varas no es un trámite, es parte importante por no decir fundamental de la lidia, ya que su ejecución va a condicionar el tercio de banderillas y, por supuesto, el de muleta.

Al hilo del festejo

Los aficionados presentes volvieron a acudir en masa al coso manchego, completando de nuevo cerca de dos tercios del aforo. Entretenida novillada, con muchos matices que enriquecen el arte de la Tauromaquia. Además, la novillada de “Pedrés” demostró que su hierro (Aldeanueva – El Raboso) no es ni mucho menos el toro venido a menos que vemos en más ocasiones de las deseadas. Novillos exigentes, con trapío y mucho que debatir. Hablando de toros, novillos en este caso, y de novilleros, cada uno en su estilo, la Fiesta está viva. Ahora bien, animamos a los novilleros a desarrollar su propio estilo. Aunque se mantengan los cánones del toreo más clásico y puro, los jóvenes toreros deben intentar ser ellos mismos según su personalidad. En la variedad está el gusto.

Hubo varios momentos significativos: la herida a Filiberto que causó estupor en el respetable, diversos pasajes donde hubo algunos “uy” y sustos por parte de algunos banderilleros. Destacamos la sensibilidad mostrada por el público asistente al pedir la vuelta al ruedo de la cuadrilla del herido Filiberto. La petición de oreja – pensamos que acertadamente denegada por el Presidente Joaquín Coy- además de minoritaria, se antoja excesiva. Pero ya se sabe que cuando la emotividad aflora, la razón es secundaria…