El expresidente del Alba y persona que ha estado ligada al club de sus amores durante cerca de cuatro décadas, Ferre de la Rosa, reconoce en una entrevista al periodista Juan Carrizo para La Tribuna de Albacete, sobre su salida del club, que «ha habido cosas que no he entendido, porque yo nunca he tenido ningún roce con nadie. Se me culpó de traer a Echevarría, del que no sabía nada hasta que apareció por Albacete».
«Antes de la votación fueron a vernos Plaza y Lázaro para decirnos que buscáramos acciones para votar a Echevarría y esas personas llamaron a Arcos, a Artemio y a más gente. Todos pensábamos que era la mejor opción y me dolió mucho que a mí y a Matías se nos quisiera echar la culpa. Y fue muy gordo lo que salió en la SER, lo que dijo De la Morena, ese tal Ferre que está en el Albacete, que está preparando una pitada contra Iniesta, como si uno fuera un despojo. Parece mentira que un profesional de esa categoría no se informe», decía Fere. «Me jodió muchísimo, pero menos mal que toda la gente que me conoce sabía que eso era imposible que hubiera salido de mi boca, incluso cuando estuvo aquí la Federación con la selección me lo comentaron. El señor que informó a De la Morena, o no me conoce, o quiso hacerme daño», lamentaba.
«Otra cosa que no entiendo es que Paco Plaza, con el que nunca he tenido ni un roce, diga que yo he estado cobrando 6.000 euros al mes en el Albacete y que la gente fuera a ver las nóminas al Casino». «sólo entiendo que han buscado hacerme daño», apuntaba.
Ferre detala también, sobre si su desvinculación del club es definitiva que «le dije al señor Garrido que si necesitaba cualquier cosa, consulta o demás, que no dudara en llamarme, pero ya comenté que no iba a seguir vinculado al club de ninguna manera, más allá que de simple aficionado».
Reconoce que, después de 38 años «ha sido duro» dejarlo aunque «gracias a mi familia y sobre todo a mi mujer, está siendo más fácil».
Sólo le faltaba ser presidente del club y, aunque fuera de forma interina, allí ha estado poco más de un mes.
De los 38 años que ha estado en el club reconoce que «mis inicios también fueron muy duros. Entré con Guillermo García Moreno y gente como los ya fallecidos Camarasa y González. Nada más entrar, a los dos meses, nos embargaron hasta nuestro patrimonio durante bastante tiempo. Se fue solucionado poco a poco y la libramos. Ese año tuvimos problemas para pagar a los jugadores. Buscamos dinero por todos sitios y al final tuvimos que firmar con la CCM, entonces Caja de Albacete, con nuestro propio patrimonio. Nos dieron un talón y había un coche esperando en la puerta para llevar el dinero a Madrid y que el Albacete no descendiera».
Y que «los únicos años buenos, buenos de verdad, fueron cuando el doble ascenso y los primeros años en Primera. El Albacete era una máquina de hacer dinero y todo se pagaba al día. En la cuenta del club había 900 o 1.000 millones de pesetas, que se dice pronto. En ese momento, Rafael Candel devolvió el 75% a los directivos que habían puesto dinero. Fue un gran detalle, porque nadie pensaba que se iba a recuperar parte de ese dinero».
«Después de esos años boyantes en Primera la deuda ha ido creciendo sin freno», advierte.
Sobre la situación actual, apunta que «lo que no llego a entender es que ahora el problema del Albacete sean los 10 trabajadores que cobran 800 o 1.000 euros. He oído que les quieren rebajar un 40% del sueldo y creo que el problema no es de los trabajadores, que hacen su trabajo».
«El abogado y Matías, que decían que cobraban mucho, ya los han despedido, y también a mi hija, que ganaría 1.100 euros. En el Carlos Belmonte está sólo Andrés, que habría que estar con él para saber lo que trabaja, o la mujer de la limpieza, Mercedes, que limpia los vestuarios y el palco del Carlos Belmonte, y los vestuarios y oficinas de la Ciudad Deportiva. Son gente que cobra 1.000 euros y echa muchas horas. No entiendo que ellos sean el problema. Hay cosas más importantes que solucionar y de donde ahorrar», detallaba.