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Gorosito nos indicaba tras haber tenido que dejar el encuentro que «ha pasado lo que tenía que pasar, he jugado casi roto y me he terminado de romper». Afectado, al menos se quedaba con la satisfacción de haber anotado el segundo gol para el Alba y que el equipo va goleando al Zaragoza.
Mientras sigue viendo jugar a sus compañeros, el jugador se ha puesto hielo en el muslo izquierdo.