El periodista Juan Carrizo ha publicado este martes, en La Tribuna de Albacete, un elaborado reportaje sobre la historia de la quiebra del Alba, analizando los problemas económicos que han estado presentes desde la conversión del Albacete Balompié en SAD, con gestiones que han dejado mucho que desear. Minucioso trabajo de Juan Carrizo que nos recuerda por qué el Alba está así y qué puede ser de su futuro, recorriendo la amplia hemeroteca que rodea al club.
Como bien apunta, viendo estos números solo una empresa puede aguantar esta deuda y no cerrar por las peculiaridades que ofrece el mundo del fútbol y la capacidad de los clubes para negociar y renegociar deudas millonarias.
Carrizo recuerda como el descenso a Segunda División B supuso para el Albacete un varapalo que se ha visto claramente reflejado en sus cuentas. Tras salir del concurso en mayo de 2011 con una deuda de 8,3 millones de euros, a 30 de junio de 2013, dos años después, la deuda vuelve a ser prácticamente insoportable, ya que asciende a casi 12 millones de euros. Resulta increíble que en sólo dos años la deuda haya crecido en casi cuatro millones de euros, lo que muestra la tremenda irresponsabilidad de sus administradores y lo nefasto de su gestión.
El Albacete ha sido toda la vida un club modesto con problemas económicos. La hemeroteca está llena de situaciones penosas en lo económico y peticiones de ayuda.
Todo pareció cambiar cuando los éxitos deportivos llevaron a la entidad a la Primera División, allá por 1991. Con el ascenso el Albacete se convirtió en una máquina de hacer dinero, lo que se aprovechó para capitalizar la sociedad con propiedades como el Campo de la Federación, la sede social en pleno centro de la ciudad o una Ciudad Deportiva que es la envida de muchos clubes de Primera y Segunda División.
Tras la conversión del club en Sociedad Anónima Deportiva el club se mantuvo en números soportables, con una deuda en torno a los tres millones de euros.
Pero la situación cambió tras la campaña 96-97, en la etapa de Argandoña, donde la entidad pasó a tener una deuda de 7,3 millones de euros a pesar de que las pérdidas del año fueron de apenas 75.000 euros. Bien es cierto que al cierre de ese año el activo circulante de la sociedad era de 6,5 millones de euros.
Pero a partir de ahí el desequilibrio que empezó a producirse llevó a la entidad a su primera situación límite, que se solventó tras la llegada a la presidencia de Mariano López Ruiz y a costa de vender todo lo vendible, medida que sirvió, simple y llanamente, para convertir a largo plazo la insoportable deuda a corto plazo.
El nuevo ascenso a Primera, ya con Contreras, fue aprovechado para equilibrar la situación. Se invirtió mucho dinero en la Ciudad Deportiva y en futbolistas que luego proporcionaron grandes ingresos en forma de traspasos, pero la deuda siguió creciendo hasta alcanzar su cima a 30 de junio de 2005, con 15,3 millones de euros y 4,2 millones de activo circulante.
Las continuas pérdidas en las cuentas anuales no ayudaron para nada a un barco que caminaba a la deriva, con las peores cuentas que se conocen tras la campaña 08-09, con Ubaldo González en la presidencia de la entidad, y que ascendieron a 2,7 millones de euros.
La deuda era de 14 millones de euros, de los que 11 eran a corto plazo y el activo circulante era sólo de dos millones de euros.
La vuelta de Rafael Candel supuso una renovada ilusión que no se correspondió luego con la realidad. El club se fue al concurso de acreedores y las cosas hubieran salido bien si la gestión deportiva no hubiera sido un auténtico desastre, que acabó con el descenso del club al pozo de la Segunda División B, después de 21 años en la Liga de Fútbol Profesional.
Cuando se entró en el concurso el club tenía una deuda de 14,3 milllones de euros y un año después, en mayo de 2011, salió con 8,3 millones.
Pero las cosas ya se habían torcido en lo deportivo y las cuentas de ese año ya se cerraron a 30 de junio con 11 millones de euros de deuda.
En las últimas temporadas las pérdidas han sido millonarias, con 2,3 millones de euros en dos años y la deuda a 30 de junio de 2013 estaba situada en 11,9 millones de euros, con apenas 1,6 millones de activo circulante.
Las diferentes ampliaciones de capital que se han llevado a cabo en los últimos años resultaron en su mayoría un fracaso ya que no se logró solventar, ni mucho menos, la caótica situación que hace que desde la campaña 01-02 los fondos propios de la entidad sean negativas.
Ahora toca ‘Operación acordeón’
Para superar la causa de disolución el actual Consejo de Administración que preside José Miguel Garrido ha preparado la llamada operación acordeón, que consiste en reducir el capital social para compensar su endeudamiento y sanear su balance, e inmediatamente llevar a cabo una ampliación para captar nuevos recursos y continuar con su actividad.
Habitualmente, la reducción de capital social se hace a cero, pero en este caso los administradores han decidido que las acciones que costaron en su día 60 euros pasen a ser ahora de tres euros, precio establecido también para las nuevas acciones.
Esta operación acordeón lleva implícito un riesgo para los accionistas iniciales, ya que su porcentaje de participación puede diluirse en el proceso.
Por tanto, es beneficiosa para llevar a cabo un saneamiento del balance de la sociedad, pero los derechos de los accionistas pueden verse afectados.
Tras la reducción prevista, el Albacete Balompié pasará a tener un capital de 109.662 euros, lo que no sería legal si al mismo tiempo no se realizase la ampliación de 767.634 euros, ya que según el Real Decreto que regula las Sociedades Anónimas Deportivas el capital social mínimo no podrá ser inferior al 50 por 100 del establecido en el momento de la transformación, y cuando el Albacete se constituyó en SAD tuvo que hacerlo con un capital mínimo de 108.500.000 pesetas, es decir, 652.098,13 euros. No debe haber ningún problema ya que la ampliación está garantizada por el actual Consejo, según palabras de José Miguel Garrido.
Otra cosa es si con esos 767.634 euros de ampliación el club superará la causa de disolución, algo complicado al tener un patrimonio neto negativo de 4.360.581,42 euros.
Causa de disolución
En cuanto a aclaraciones contables, Juan Carrizo recuerda que, según se desprende de las cuentas anuales, el Albacete Balompié presenta unos fondos propios negativos de 4.482.920 euros y un patrimonio neto negativo de 4.360.581 euros.
Así, el Albacete se encuentra en causa de disolución, ya que la Ley de Sociedades de Capital (artículo 363.1.d) establece que “la reducción del patrimonio neto por debajo de la mitad de la cifra de capital social es causa de disolución de la sociedad” y, ahora mismo, la mitad del capital social es de 1.193.880 euros. Administradores están obligados a disolver la sociedad o poner las medidas necesarias para superar la causa de disolución, entre ellas la reducción o aumento del capital social.