Triste robo el que sufrieron, recientemente, los locales parroquiales que Cáritas tiene en el número 21 de Hermanos Falcó, en Albacete. De madrugada y, todo hace suponer, que en grupo y usando los carros que tenían aquí para trasladar los alimentos, se llevaron de sus instalaciones unas 900 botellas de aceite, destinado a ayudar a las cerca de 400 familias a las que cada mes atienden en estas instalaciones para darles alimentos, ante sus dificultades para hacer la compra de manera habitual por las carencias económicas que sufren.
Juan Miguel Lozano es uno de los voluntarios de Cáritas Albacete que presta su apoyo en estas instalaciones. Apenado por lo que supone el robo a la hora de mermar la ayuda que de momento pueden prestar a las familias, indica que el robo está denunciado en la Policía Nacional y que incluso les han dado aviso «porque hay vecinos de distintos barrios que nos han alertado que hay quienes están tratando de vender, en la calle, botellas de aceite a mitad de su precio del supermercado», que, evidentemente, piensan que es del robo que sufrieron.
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Piden a la población que si les ofrecen comprar en la calle, por supuesto, desconfíen y, si es posible, avisen a la Policía Nacional. Además, recuerda que las botellas de aceite que les robaron cuentan con el etiquetado de «prohibida su venta» por lo que son fácilmente identificables. ¿Por qué tienen este etiquetado? Porque se trata de botellas de aceite provenientes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (MAPA), a través del Fondo Español de Garantía Agraria O.A. (FEGA). La entidad realiza, de manera periódica, aportaciones de alimentos de primera necesidad a organizaciones como Cáritas y Cruz Roja, en toda España y también en Albacete, para que puedan repartirlas a través de proyectos como estas instalaciones de Hermanos Falcó.
Aquí, como lo detalla Juan Miguel Lozano que atienden a unas 400 familias al mes. Y apunta que desde aquí distribuyen, cada año, unos 200.000 kilos de alimentos, que llegan a través de las citadas ayudas europeas o desde el Banco de Alimentos de Albacete.
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Lamenta que quienes entraron para llevarse el aceite «sabían muy bien qué buscaban, porque se llevaron lo más caro que teníamos, ninguna otra cosa y había muchos kilos de otros alimentos almacenados para poder seguir prestando nuestra ayuda». «Es el artículo de mayor valor de cuantos tenemos, ahora mismo en el mercado, porque además su precio ha aumentado mucho en estos últimos años», recuerda.
Creen que debieron sacarlos en los propios carros y actuar en grupo, por lo que si alguien recuerda haber visto a varias personas, de madrugada, por esta zona, con carros de la compra cargados de cajas, también puede aportar la información a la Policía Nacional.
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Los martes, en esas mismas instalaciones del número 21 de la calle Hermanos Falcó, el grupo de voluntarios al que pertenece Lozano pasan toda la mañana allí, clasificando y repartiendo alimentos a las familias que acuden hasta aquí, por lo que si hay vecinos interesados en colaborar con ellos aportando aceite, las botellas serán muy bienvenidas, igual que si quiere colaborar cualquier entidad, aportando el aceite o dinero con el que ellos comprarían este producto, «porque las familias a las que atendemos necesitan este producto», como recuerda.
Confían en poder ir aumentando sus provisiones de aceite gracias a la solidaridad vecinal y las aportaciones, al tiempo que esperan que la Policía pueda aclara lo sucedido de cara a evitar circunstancias similares.
El robo también afecta anímicamente por lo que supone llevarse alimentos básicos de unas instalaciones pensadas para ayudar a personas que lo están pasando francamente mal, aunque este grupo de voluntarios seguirán trabajando con ahínco para prestar la ayuda que muchas familias necesitan en Albacete.
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