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Jacobo, el guardia civil que quedó en silla de ruedas y lucha porque le dejen trabajar

Cuando Jacobo Barchín cumplió su sueño de entrar en la Guardia Civil, en 2015, no imaginaba la lucha que le tocaría vivir cerca de una década después por tratar de que le dejen trabajar en un Cuerpo de Seguridad donde haber quedado en silla de ruedas -por un accidente en bicicleta- no debería impedir que le adaptaran un puesto para poder realizar tareas administrativas o burocráticas. Que también las hay en la Guardia Civil y que, de hecho, numerosos agentes desarrollan a diario.

Natural de San Clemente (Cuenca) y muy unido a la ciudad de Albacete, de la que es su mujer, Jacobo intenta que, a sus 34 años, le dejen volver a trabajar en la Guardia Civil. Le han retirado alegando «que soy inútil para el servicio». Y «sin darme una oportunidad de adaptarme un puesto de trabajo». Así lo narra Jacobo a Masquealba, lamentando que ha agotado la vía administrativa para solventar su situación. Pese a que en sus visitas al Senado y al Congreso tuvo buenas impresiones, su recurso ha caído en saco roto. Explica que, ahí, tras mantener reuniones con representantes de varios grupos, le instaron a presentar un recurso ante Defensa, con el fin de que solventaran su situación. Pero ahora ha llegado la respuesta del Ministerio de Defensa a sus peticiones y no han atendido sus demandas. «Ves que te han estado tomando el pelo», lamenta el joven.

A Jacobo, que antes trabajó en el Ejército de Tierra, le queda ahora la vía judicial, a la que también piensa recurrir para intentar que se solucione «una injusticia». «Con 34 años soy joven y puedo trabajar, aunque evidentemente no en patrullas de seguridad ciudadana como venía haciendo, pero sí en tareas administrativas», como relata Jacobo.

«No me resigno a tener que vivir de una pensión a mi edad, lo que quiero es trabajar, que además puedo», insiste.

Recuerda que estaba destinado en Campello (Alicante) cuando un fatídico accidente en bicicleta le causó una lesión medular que le dejó en una silla de ruedas. Eso fue en el año 2020 y cuatro después, en octubre de 2024, recibió la expulsión de la Guardia Civil «por inutilidad para el servicio».

Una valoración que ha indignado a Jacobo, a su familia, a sus amigos, a compañeros y a muchas personas cuyo apoyo está encontrando en este camino. De hecho, además de los escritos remitidos al propio Ministerio, Jacobo ha encontrado el respaldo de representantes institucionales que han dirigido sus propios escritos para pedir a la Delegación del Gobierno que se solucione su situación. Es el caso, por ejemplo, del alcalde de Alcalá del Júcar, el socialista Juan Pascual Muñoz. Y es que todo el que conoce su historia quiere ayudar a Jacobo ante lo injusto que ven su situación.

Jacobo avisa: está dispuesto a agotar todas las vías para que la Guardia Civil ceda y le deje recuperar su vida laboral. Adaptada, eso sí, a sus nuevas condiciones físicas al tener que estar en una silla de ruedas.

Su situación no es fácil pero no pierde la esperanza y cuenta con el apoyo de los suyos.

Apoyo de la AUGC

La Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) ha anunciado este mismo martes la apertura de un número de cuenta con el que poder ayudar en la causa de Jacobo, que en su lucha ante la justicia no lo tendrá fácil, pero que no está dispuesto a rendirse y sabe que no estará solo.

AUGC ha lamentado que «pese a las reiteradas peticiones y al esfuerzo constante de su familia, y de AUGC a través de diversas acciones con la Dirección General de la Guardia Civil y reuniones con los distintos Grupos Parlamentarios, su caso sigue sin resolverse, reflejando una preocupante falta de empatía y voluntad institucional».

Apuntan que «el único “avance” que ha recibido el compañero ha sido una desestimación del recurso de reposición, a la resolución de la ministra de Defensa, donde era declarada la inutilidad permanente ajena a acto de servicio a los efectos de pase a retiro, del guardia civil Jacobo Barchín, cerrando la vía a para declarar su utilidad con limitaciones para desempeñar cualquier puesto burocrático dentro de la Guardia Civil. Una decisión tomada por la DGGC y el Ministerio de Defensa que atenta contra los derechos de los guardias civiles con discapacidad».

Por ello, y con el objetivo de apoyar a Jacobo y a su familia en esta difícil situación, desde AUGC han decidido abrir una cuenta solidaria.

Los fondos recaudados serán destinados a cubrir los gastos derivados de su lucha como la adaptación de su casa, así como a apoyar a su familia durante este proceso. «La batalla por la adaptación laboral no solo supone un esfuerzo emocional, sino también económico, y estamos convencidos de que la solidaridad de nuestros compañeros y la sociedad en general será clave para superar este reto», han indicado desde la AUGC.