
A las semanas inicialmente previstas de confinamiento, como nos temíamos, pronto se sumaron más. Y todo apunta a que no es la única prórroga que se va a hacer o, al menos, ya asumimos que va a haber restricciones que nos impidan volver a nuestro día a día habitual próximamente. No hay que adelantar acontecimientos, pero sí ser realistas y prepararnos mental y emocionalmente para que lo esté por venir.
Los días pasan y los más pequeños siguen encerrados en casa. No sabemos cuándo podrán volver sus centros escolares ni si se va a permitir alguna salida restringida, así que toca resistir. Recordamos algunos consejos de los psicólogos para pasar la cuarentena con niños: controlar la información que reciben, comunicarnos con ellos para que puedan expresarse, mostrar flexibilidad en las rutinas, negociar normas, promover su autonomía, adaptarnos en la medida de lo posible a sus hábitos y dejar espacio al tiempo libre, entre otros.
Al hilo de esto último, el tiempo que no tengan que dedicarse a tareas querrán jugar. Es su modo de divertirse y de entender el mundo que los rodea, así que promover el juego no solo es un antídoto contra la cuarentena, sino también una manera de favorecer su desarrollo. Y, como los juguetes son los grandes aliados, repasamos algunas propuestas por edades.
Bebé que juega, bebé feliz
El bebé crece día tras día y estar encerrados con él tiene sus ventajas: se puede disfrutar de manera más cercana de ese proceso. Aprenderá a agarrar objetos, a girarlos, a balbucear sus primeras palabras, a incorporarse y gatear, entre otros hitos. Todo poco a poco y a su ritmo.
En esta edad, lo mejor es poner a su disposición objetos de diferentes formas, colores tamaños, a modo de mesas sensoriales. Por ejemplo, una manta de juegos bien mullida y con bordes cerrados, que cuente con actividades de desarrollo como arcos ajustables, espejos, mordedores, juguetes rizados, cintas de raso brillantes, animales 3D, etc.
Hora de explorar
Alrededor de los dos años el niño usará su imaginación para realizar juegos sencillos, como los de pieza apilables, podrá identificar animales en ilustraciones e incluso imitar sus sonidos, empezará a correr, querrá trepar muebles, podrá seguir instrucciones sencillas y comienza a actuar por imitación.
Considerando esto último, no será extraño que veas a tu hijo o hija queriendo jugar a que hace la comida o limpia, así que un buen juguete es el que puedes encontrar en Casitas Infantiles. Las hay de todas las formas, tamaños y colores, más básicas o más equipadas. Pero cualquiera de ellas puede proporcionar horas y horas de diversión y aprendizaje.
Además, el correpasillos sigue siendo un juguete ideal para esta edad y, de hecho, se puede introducir bastante antes. Es un complemento útil para los pequeños mientras dura su aprendizaje de la marcha, y en días de confinamiento lo agradecerán. Puedes recurrir a una web especializada y ver su catálogo de correpasillos.
Promoviendo su creatividad
En cualquier época de la vida es necesario hacerlo, pero a partir de los cuatro años el niño habrá adquirido ciertas destrezas físicas y mentales. Ha ganado en equilibrio y coordinación, su vocabulario ya es bastante amplio, aumenta su curiosidad hasta el punto de hacer cientos de preguntas, habla a otros niños sobre su familia y se enfada con cierta facilidad, aunque distingue lo bueno de lo malo.
Es momento de fomentar su actividad física, de que aprende algunas reglas básicas en el deporte, de promover su creatividad o de leer juntos. Se le puede proporcionar el primer set de pinturas, de plastilinas o similares y juegos de mesa sencillos, tipo “Cocodrilo sacamuelas”, pero que se vaya complicando con la edad, tipo “Tres en raya”.
Aventuras en casa
Entre los siete y los 10 años los niños se abren más al mundo exterior e identifican los roles en sus semejantes, como los compañeros del colegio, o los amigos y los profesores. Su desarrollo físico y mental es evidente y tienen bastante autonomía, y también es el momento en el que desarrolla su autoestima y establecen vínculos.
Con estas edades se entretendrán realizando juegos de construcción y puzzles con mayor complejidad, además de deportes que conlleven más o menos actividad. Por ejemplo, en casa sería ideal una diana o un arco con flechas de juguete.
Socializando aun en confinamiento
A partir de los 10 años entran en la preadolescencia y querrán ir ganando independencia, lo que va ligado a su desarrollo físico. Tendrán más interés en jugar con sus pares y adquirirán la capacidad de desarrollar su punto de vista, que les gustará compartir.
Dado que en tiempos de aislamiento pueden necesitar el contacto con otros niños, se les puede dejar algún dispositivo móvil para jugar con amigos, mediante apps como el parchís, el Uno!, Apalabrados, Preguntados y similares. Como en todos los demás juegos, es importante negociar ciertas reglas.
El confinamiento es buen momento para dejar a los niños que ganen autonomía bajo nuestra supervisión, de que se ocupen de su propio entretenimiento y acepten ciertas reglas. Para ello, los juguetes son grandes aliados.
