Este miércoles 3 de mayo se ha celebrado el Día de la Libertad de Prensa y de Expresión. ¿Resulta paradójico verdad? Que en pleno siglo XXI, en pleno 2017, en la era de las nuevas tecnologías y las redes sociales los periodistas tengamos que andar reivindicando que nos dejen hacer nuestro trabajo con algo tan básico como es la libertad de expresión.
Lo recogía como Derecho Fundamental la Constitución de 1979 pero sigue siendo una utopía en pleno siglo XXI.
Que nadie les engañe porque la Libertad de Prensa no existe y no existe porque al poder político, en su inmensa mayoría, no le interesa que exista. Hay quien se rasga las vestiduras ahora a nivel nacional porque los nuevos en entrar en escena son digamos que ‘selectivos’ con los medios de comunicación. Pero el entramado de control de lo que se dice y lo que no se dice en esta región funciona desde hace tiempo, pero que mucho tiempo.
Solo unos pocos no muy cuerdos aspiran a decir lo que creen que es justo en un sector donde, como leíamos hoy en una columna de opinión, la credibilidad de los periodistas cayó en declive desde que en las redacciones se impuso la lógica de los gerentes a la de la mejor información y el sentido de los periodistas que, de ser buenos, suele ser 10.000 veces mejor que el de los gerentes.
En una comunidad autónoma donde representantes, que a veces no tienen otra experiencia laboral que un cargo público y que ya han hecho de la política su profesión, se creen con el derecho de disponer del trabajo de periodistas que les aventajan en experiencia, criterio y conocimientos, el sistema democrático difícilmente tiene futuro en los medios.
Es ahí también donde entra el poder de las redes sociales y las nuevas tecnologías porque hay quien no lo quiere ver pero ahora la gente no se rige por si algo lo ha dicho un periódico o la televisión, ve las injusticias reflejadas de forma más fiel en medios autónomos que sobreviven al sesgo de la publicidad que hacen algunas instituciones –que se pasan días y días diciendo que no tienen para invertir en Educación o Sanidad por culpa de la oposición (cuando es responsabilidad de un Gobierno disponer los fondos) pero luego sí diseñan campañas publicitarias para quienes les bailan el agua y titulan al son que dicta “la mano que siempre ha mecido la cuna”-. Y es que en esta región hay quienes siguen pensando que gobiernan con mayoría absoluta y que pueden disponer a su antojo.
Quizás en lugar de dedicarse a ‘perfilar’ las redacciones deberían darse una vuelta por los hospitales, los centros sociales, los colegios y escuchar las situaciones injustas que vive la gente. Esas a las que muchos medios no se atreven a poner voz por miedo a que les retiren la publicidad; que muchos periodistas no denuncian por si se la última vez que escriben o hablan en un medio de comunicación.
Situaciones, en definitiva, que se reivindican un 3 de mayo pero que, lamentablemente ocurren todos los días. Por cierto, como leíamos hoy en el tuit de un compañero de los medios en Albacete, no sean hipócritas y no pidan hoy la libertad de expresión si mañana –quizás alguno ya lo ha hecho hoy- van a levantar su teléfono para dar sus directrices sobre este o aquel.