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Por Julio Martínez
Si hay una ganadería buena de verdad para el torero y para el aficionado de carnet es la de La Quinta. Con años de trabajo ha conseguido un animal serio, importante y dulce a la vez en la muleta. En Albacete ha capitalizado el acento torista y ha conseguido además que las figuras se apunten. Y que triunfen con ella. Para los toreros buenos, matar La Quinta no es ninguna gesta, pero para el abonado de pitiminí, un toro gris siempre puntúa doble. El quinto de la tarde fue el toro ideal para ese desnortado y beodo que paga y exige emocionarse. Como si el dinero comprase la felicidad. Ayuda, como La Quinta, pero requiere de algo más. Hay ganaderías buenas y hay ganaderos buenos. Igual que hay toreros que triunfan y hay toreros que emocionan. Este viernes en Albacete se vio eso. Un torero que deja resaca y un torero que es B12 en vena frente al garrafón taurino que impregna un escalafón con hedor a charo.
Fernando Adrián cortó dos orejas, una a cada toro, por la vía del arrojo y el espectáculo barato. Resaca gorda para el aficionado de postín. Tiene mucho valor Fernando Adrián y una espada soberbia, pero eso no termina de compensar un concepto acomodado.
Emilio de Justo fue el remedio perfecto para tamaño nivel de simpleza facilonga. Con el capote, una clase. Con la muleta, cátedra. Por distancias, por terrenos, por tiempos y por pura torería. Muy bueno, aunque no absolutamente extraordinario. Por eso cuando sonó la banda después de un quite montonero murieron varios gatitos. Bien tocada, eso sí, tras el colosal par de banderillas que puso Algabeño.
Miguel Ángel Perera estuvo correcto, pero ni cruzó la raya ni tuvo lote como para jugarse el tipo de manera equitativa. Con la espada, un horror.
Tarde muy interesante, que no se hizo pesada y que evidenció esa característica tan triste de esta neotauromaquia. El mismo premio para un oxímoron torero como fue el de Fernando y Emilio. Y otro apunte, que quiten los putos focos leds de la plaza de toros de Albacete. Es un atentado contra un edificio histórico. Si quiere ahorrar Simón Casas, que evite gastarse el dinero en corridas monstruosas para el buen gusto.
La peor feria de siempre con mejores resultados taquilleros que nunca. El asidero de los mediocres. Y a la autoridad, otro toque. Esta mañana en los corrales, entre la desidia de Coy y la vergüenza de unas cuadrillas a las que les queda grande la plata, cambiaron lotes y toros a su antojo a escondidas del ganadero y de la empresa. El tercer toro nunca tuvo que haber salido. Y el que se quedó en corrales saldrá el año que viene en Madrid. Albacete, pudiendo ser élite, prefiere ser la purria. Qué triste todo.
Albacete. 6ª de la feria de la Virgen de los Llanos. Toros de La Quinta, muy desiguales de presentación y de buen juego, en líneas generales. El 5º, extraordinario, se le pidió la vuelta al ruedo.
Miguel Ángel Perera: palmas y silencio
Emilio de Justo: ovación y dos orejas
Fernando Adrián: oreja y oreja.