El rey de Tailandia, Bhumibol Adulyadej, concede cada 12 de agosto indultos a presos de su país con motivo del cumpleaños de la reina Sirikit, aunque el monarca más longevo del mundo, que lleva en el trono desde hace siete décadas, rehusó indultar a la vecina de Tobarra María Nieves García Álvarez, de 57 años, que lleva presa desde 2010 en Lard Yao, una de las peores cárceles de Tailandia.
El diario El Mundo cuenta la historia de esta tobarreña, a la que le ha sido denegado el indulto y cuya familia ha pedido ayuda a la Junta, tanto con el PP como ahora con el PSOE, sin recibir respuesta. Incluso se han dirigido al rey Felipe VI, sin una respuesta positiva.
Recuerda el diario que Alcaraz y sus dos hijas son oriundas de Tobarra, en el que sus vidas transcurrían sin mayores contratiempos hasta que en 2010 Luis Soler, el hermano varón de Mónica y Rocío, fallecía a los 27 años en un accidente laboral. Como consecuencia su madre entró en una fuerte depresión.
A raíz de este suceso, decidió viajar a Ghana, donde un hombre le propuso llevar una maleta a la isla de Bali, Indonesia, desde Adis Abeba (Etiopía). Aceptó, tal vez pensando que nada podía ir peor. En la escala del vuelo en Tailandia, el 9 de agosto de 2010, las autoridades aeroportuarias le encontraron tres kilos de metanfetamina en el equipaje. En Tailandia el tráfico de estupefacientes está penado con la muerte. Sin embargo, declararse culpablepermitió a la tobarreña atenuar la sentencia. El 24 de marzo de 2011, el Tribunal de lo Penal de Bangkok la condenó a cadena perpetuaen Lard Yao, prisión a la que se denomina popular e irónicamente Bangkok Hilton debido a las condiciones infrahumanas en las que conviven las reclusas. Es la única española purgando ahora mismo una condena a cadena perpetua en el extranjero.
«Allí eres un animal, no eres una persona», explica Mónica Soler. Ella fue testigo en 2012 de los efectos de la estricta dieta que el centro penitenciario impone a las reclusas, basada en dos cuencos de arroz con verduras al día. La malnutrición había provocado que su madre perdiera pelo y varios dientes. A la falta de higiene, los olores y el agobio de Lard Yao hay que añadir un factor que afecta en exclusiva a la española: el aislamiento. La albaceteña no habla tailandés, por lo que no se puede comunicar con el resto de compañeras.
Una testigo de su situación es la ex defensora del pueblo española, María Luisa Cava de Llano, que se implicó en el caso y la visitó el 22 de febrero de 2011. «Me encontré a una mujer destrozada, abatida, con una tristeza infinita», recuerda Cava de Llano a Crónica. Cuando abandonó la cárcel, la reclusa española la abrazó y le suplicó que la llevara con ella. «Nunca olvidaré esa despedida», señala.
La mediación de Cava de Llano fue fundamental para que sus hijas pudieran entrar en el recinto y darle un beso ya que en Tailandia los encuentros vis a vis están prohibidos. «Le estaré eternamente agradecida, me ha dado la vida», dice Soler sobre la ex defensora del pueblo.
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