0 comments

La triste denuncia de una madre a la que el Gobierno de Page le deniega una reducción de jornada para cuidar de su hijo enfermo

En estos tiempos de notas de prensa enviadas desde el Gobierno regional hablando del Plan Concilia y poniendo por bandera su apuesta por la conciliación de la vida familiar y laboral o las oportunidades de igualdad, llama la atención la carta de queja desesperada que una madre albaceteña, con un hijo enfermo, ha compartido en las redes sociales para denunciar que la Junta de Comunidades, de la que es funcionaria en Sanidad, le deniega una reducción de jornada que pidió para poder atender todavía mejor a su hijo.

El motivo que le indican es que su hijo está escolarizado en un centro ordinario y ahí tiene apoyos. Si ya resulta difícil conciliar con niños sin patologías, es complicado imaginar cómo será cuando estos además necesitan determinados tratamientos.

Curioso también cómo la mujer explica que no le habían contestado hasta que se ha puesto en contacto con el gabinete de prensa del presidente de la Junta, Emiliano García-Page, pese a que presentó su solicitud el 3 de abril.

La madre ha compartido el escrito que ha recibido, firmado por la directora provincial de Sanidad, Blanca Hernández, y ha etiquetado en la publicación al propio Page y algunos de sus consejeros.

Lamenta que:

«Mi hijo tiene una malformación congénita del sistema nervioso central, enfermedad recogida en el anexo de la norma aplicable al caso, y justificada por informe de facultativo del Servicio Público de salud de Castilla-La Mancha.
La denegación se basa en que mi hijo esta escolarizado en un centro ordinario, al parecer según ellos, deben estar aislados. Y con los servicios que ofrece educación en los colegios les sobra».

Apunta que «es impensable que un niño esté sin escolarizar, y más lamentable es pensar que un niño esté separado de sus iguales, y que por el hecho de estar en un colegio ordinario, consideran que no estará tan mal, de nuevo nos topamos con una Administración que no está por una visión inclusiva de la sociedad».


«Y esto es lo que hay, los mismos que ponen las normas, son los primeros que buscan y rebuscan para no aplicarla, eso sí, luego nos gusta hacernos fotos en todos los actos de las diferentes asociaciones de discapacitados, y habladurías baratas», lamenta.