Y todavía se quejó.- Antón Gaspar criticó que le sacaran amarilla por esta entrada y hasta después se quedó mirando a Julio Alonso como diciendo que lo estaba simulando. Pero entró con todo y a la altura casi de la rodilla.
Jeisson, forzando para volver.- A Jeisson y Yaimil Medina les vimos entrenando con esfuerzo en el Carlos Belmonte para poder estar cuanto antes con sus compañeros. Ambos están de baja por lesión.
No hay mejor forma de crear el gen del Alba.- Que estar en el Belmonte una hora antes, justo cuando abren las taquillas y en familia. Eso sí, el bebé, envuelto en una manta para soportar mejor el frío. Fueron los primeros en llegar a Preferencia.
Un aficionado más.- Un conductor de autobús que trajo a aficionados del Alcoyano hasta el Belmonte estuvo en la grada como uno más, bufanda incluida.
La armadura de Bernabé.- Para tratar de mitigar los golpes de los balones. El esfuerzo en el entrenamiento nos dejó ver el protector ‘armadura’ de Bernabé, el guardameta del Albacete Balompié.
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Jordi, ídolo.- Jordi Sánchez se puso a jugar con estos niños, calentando con ellos, pasándose el balón de cabeza. Los pequeños, evidentemente, encantados de poder compartir estos momentos con uno de sus ídolos.
No era para menos.- Con la rasca que hacía, en lugar de calentar, los reservas decidieron quedarse en el banquillo apoyándose unos con otros.
Había otro ‘niño’ y seguro que más feliz.- En el once del Albacete Balompié había otro ‘niño’ al margen de los que acompañaron al equipo y seguro que más feliz. El canterano Dani González se estrenaba en el once en liga.
¡Cómo podemos fallar eso!.- El míster del Alcoyano, Vicente Parras, se echó las manos a la cabeza por las varias ocasiones que desperdició su equipo durante la primera mitad del encuentro, en el Belmonte.
Enfado en la afición.- Al anular el gol del Alcoyano y sin poder ver desde ahí si era fuera de juego o no, hubo aficionados que gritaron y emularon con el gesto aquello de «manos arriba, esto es un atraco».
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Brutal control.- Está claro que era su día. Partidazo de Sergi García y esta es solo una de sus muestras de calidad. Pase largo que le llega, la controla con el empeine y la deja muerta en el suelo.
El aficionado número 1 de Jona.- Les une una gran amistad desde que Jona estuvo en el Albacete Balompié y al menos uno en el estadio le quería, ya que de otros debió soportar numerosos insultos durante el encuentro.
Maestre casi se lo carga.- De la emoción al celebrar el tanto, Manu Fuster se llevó un golpe de Sergi Maestre. Celebrar los goles es lo mejor que te puede pasar en el fútbol, pero también tienen esta parte negativa. Ya dicen que ‘palos con gusto no duelen’.
«Vaya tarde estás echando».- Nos resultó curioso que justo en el momento de hacer esta fotografía, con la cara de resignación del meta rival, hubo un aficionado que le gritó «vaya tarde estás echando, José Juan». En ese momento se había hecho un silencio y lo escucharon perfectamente en Gol Sur y empezaron a reírse del comentario.
Cumplió su sueño.- Debutar en el once del Albacete Balompié, salir y que todo el Belmonte se levante para aplaudirte, está claro que el sueño de niño del albaceteño Dani González ya se ha cumplido. Que vea la propiedad lo que quiere el Carlos Belmonte.
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Otra manera de llevarse la camiseta.- Nada más señalar el colegiado el final del partido, el guardameta Rosic fue a llevarle una camiseta a este aficionado. Después, el joven nos contaba que se la prometió por Instagram.
El abrazo a los goleadores.- El hijo de Rubén Martínez tuvo la suerte de llevarse el abrazo de los dos goleadores; de su padre y también de Manu Fuster.
Qué mejor sitio que el Belmonte para aprender música.- Pone por encima al Alba del Atlético de Madrid -que jugaba a la misma hora pero fue al Belmonte-, aunque se llevó la manta del Atlético. Así que la partitura que se estaba aprendiendo lo mismo era el himno del Alba.
El crack del nuevo utillero.- Ha tenido que aprender del más grande, que es David, que puede hasta con dos ‘maletacas’.
Es de alabar el detalle.- Al final del partido vimos a Víctor Varela, siempre atento a todo, que como iba demasiado cargado el utillero, decidió echarle una mano. Quizás no tendría que ayudarle ni iría tan agobiado el utillero si este verano no hubieran despedido al mítico David. Se les sigue echando de menos.
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