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Las imágenes de la casa del horror donde se encontró el cadáver de María Isabel

Trágica noche de lluvia en Albacete en la que se confirmaban los peores augurios que habían estado rondando toda la tarde en la operación policial en la calle de La Estrella, en Albacete.  La Policía Nacional encontraba el cuerpo sin vida de María Isabel de la Rosa Cozar, la vendedora de cupones de la ONCE desaparecida desde el pasado jueves en Albacete. Tras una intensa tarde en la que la policía, con miembros del Instituto de Medicina Forense de Albacete, estuvo trabajando en la vivienda, en la que llegaron a acceder con picos y palos y de la que los agentes salieron con manchas de cal, pasadas las 21 horas salía el hombre detenido por estos hechos, de unos 50 años y que responde a las iniciales de A.G. Trabajó durante años en la hostelería y no tardaría después en correr como la pólvora su foto de las redes sociales y el restaurante en el que trabajaba. El hombre salía de la casa con la cabeza cubierta y entre gritos de «asesino» y «animal» por parte de los numerosos vecinos de este tranquilo barrio que se habían congregado junto al cordón policial según iban pasando las horas y se temía lo peor sobre el final de la vendedora de cupones de la ONCE a la que muchos conocían y que era muy querida en Albacete.

 

Llovía con fuerza en Albacete como si también el cielo llorara la pérdida de María Isabel, a la que todos recordaban con la sonrisa que le caracterizaba y que presidía la fotografía de los carteles con sus datos que SOSDesaprarecidos había difundido desde  este sábado y con los que su familia ‘peinó’ gran parte de la ciudad este mismo martes con la esperanza de encontrarla con vida.

 

La vivienda está situada junto al campus universitario y la zona de chalets del Alto de los Molinos, al otro lado de la Circunvalación de Parque Sur, donde la mujer de 44 años solía vender los cupones de la ONCE. Y hasta pasadas las once de la noche, cuando solo la fuerte tormenta ‘dispersó’ a los vecinos, eran muchos los que iban y venían a este tramo de la calle Estrella para ver la casa, sin poder creer lo que había sucedido.

 

La llegada de la televisión de ámbito nacional generó también interés.

 

En la vivienda, una planta baja, quedó abierta la ventana y se podían observar algunos de los enseres del comedor de este escenario del horror en el que se confirmaron los peores augurios sobre la desaparición de una chica muy querida por quienes la conocían.