El último acuerdo firmado entre el Ayuntamiento de Albacete y el Albacete Balompié fue el que se rubricó siendo todavía presidente Agustín Lázaro, con Francisco Plaza como vicepresidente, y José Antonio Iniesta presente en la misma reunión, de la que daban cuenta después Lázaro y la alcaldesa de Albacete, Carmen Bayod.
Ese convenio, firmado antes de la etapa del actual presidente, José Miguel Garrido, pero vigente mientras no se alcance otro acuerdo -y no se ha informado por ninguna de las dos partes que haya otro-, indicaba sobre el mantenimiento del Carlos Belmonte -entendemos que mantener unas instalaciones recoge también el apartado de la limpieza, máxime cuando hasta ahora la había gestionado el club- que «todos los gastos de mantenimiento corriente y de suministros (incluido el suministro eléctrico) serán por cuenta de la entidad deportiva», como puede leerse en la imagen que reproducimos en esta noticia. Concretamente, lo relacionado con el Belmonte aparece en la página 5 de 6 de dicho convenio.
No obstante, Garrido, notablemente molesto por la información en la que hemos recogido las quejas de algunos abonados del Alba sobre la acumulación de residuos en determinadas zonas del Belmonte, asevera que no corresponde al club blanco este aspecto del mantenimiento del club. El presidente nos ha exigido que rectifiquemos nuestra información anterior sobre este tema, pero únicamente podemos hacer constar el convenio que habla de las obligaciones de cada parte y que firmaron quienes ahora están en su consejo, cierto es que antes de que él estuviera al frente del club.
«No nos corresponde a nosotros la limpieza», ha insistido Garrido, mientras que desde el Ayuntamiento de Albacete han rechazado pronunciarse.
Recogemos las distintas valoraciones -quejas de abonados incluidas- y el documento del que en su día se informó en una comparecencia ante los medios y que es de conocimiento público tras su paso por comisión, como cualquier otro convenio que rubrique el Ayuntamiento de Albacete. No podemos rectificar los datos aportados porque nos basamos en lo que dice un convenio que es oficial. En este tipo de asuntos en lugar de ‘matar al mensajero’ lo más efectivo es solucionarlo entre las partes por el bien de los aficionados y de la propia entidad.