El Albacete Balompié se ha enfrentado al Oviedo en numerosas ocasiones y en diferentes categorías, pero sin lugar a dudas los mejores encuentros se vivieron en la primera etapa del club manchego en Primera y suyo es recordarlo con las siempre impresionantes imágenes de Jesús Moreno. En esa temporada 1992-93 el Albacete peleaba por no descender. Espárrago se había hecho cargo del equipo en lugar de Julián Rubio, pero la temporada estaba siendo muy turbulenta, tanto que incluso se vivió una tragedia, como el accidente de choque sesgó la vida del delantero panameño Rommel Fernández.
El equipo trato de recomponerse y camino de ello iba, pero se le acabó la temporada antes de poder hacerlo. De todas formas, como mal menor, tocó jugar la promoción y ahí se pudo mantener la categoría al derrotar, no sin complicaciones, al Mallorca. La visita del Real Oviedo al Carlos Belmonte se produjo en la jornada 36, en la penúltima jornada que se jugaba en casa. El triunfo por 2-0 valió al Alba para evitar de forma matemática los dos puestos de descenso directo, que quedaron adjudicados a Cádiz y Burgos. Por arriba la pelea estaba abierta, con Logroñés y Espanyol a tiro de piedra y Rayo y Oviedo a tres puntos con cuatro por disputarse, una vez completada esa jornada 36.
El partido de aquella temporada 1992-93, celebrado el 6 de junio de 1993, sirvió también para inaugurar un nuevo y moderno marcador en el Carlos Belmonte, para goce y disfrute de sus aficionados.
El Albacete de Espárrago jugó con Balaguer, Geli, Santi Denia, Bossio, Coco, Sotero, Pinilla, Chesa, Antonio, Zalazar y Dos Santos. También jugaron Pedro Cordero y Bjeliça.
En el Real Oviedo, entrenado por Radomir Antic, jugaron Viti, Elcacho, Gorriarán, Luis Manuel, Jerkan, Rivas, Armando, Pirri, Viñals, Carlos y Jankovic. También lo hicieron Berto y Fermín.
El colegiado del encuentro fue García Aranda, que realizó un pésimo arbitraje y estuvo además muy mal auxiliado en las bandas. Amonestó a Chesa y Armando.
El Albacete salió claramente a por el partido. Aunque Espárrago solía utilizar esa defensa de cinco donde Miguel Ángel Bossio ponía la experiencia, arriba jugó este partido con dos puntas, Antonio y Dos Santos, más un media punta con mucha movilidad como era Antonio Pinilla. Si a esto le unes el control del centro del campo con Chesa y Zalazar y las internadas por la derecha de un inspirado Delfí Geli, sobre todo en la segunda mitad, pues no es raro que el equipo manchego se llevase el triunfo por 2-0.
Aunque el Oviedo se acercó al área del Albacete en los primeros compases, fue el Albacete el que golpeó primero con un cañonazo de Chesa desde la frontal tras recibir un buen servicio por parte del trabajador Dos Santos con la cabeza. El disparo del de Vergel se coló como un obus por la base del poste de Viti y la grada lo celebró con mucha alegría.
Balaguer frenaba cualquier atisbo de reacción visitante con excelentes intervenciones y el Oviedo se hacía el ‘hara-kiri” cometiendo una falta en la frontal sobre Pinilla precisamente en los mejores años de Zalazar. Como no podía ser de otra manera, el cañón que tenía el uruguayo en su pierna derecha apuntó con precisión y colocó el balón donde no pudo llegar Viti, cuya estirada fue tan espectacular como inútil.
En la segunda parte, otra vez lo intentó el Oviedo, sobre todo tras la salida de Berto por un lesionado Rivas, pero el Albacete pudo orden y el partido acabó con un carrusel de ocasiones locales que bien pudieron aumentar la cuenta con facilidad. El Alba ganó 2-0, evitó de forma matemática el descenso directo y mantenía intactas sus opciones de evitar también la promoción, a falta de dos jornadas para acabar el campeonato.
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