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Más del 70 por ciento de los jóvenes que trabajan sigue viviendo con sus padres, según los últimos datos del Observatorio de la Emancipación a cierre de 2023, que muestra un aumento de la edad media en la que abandonan el hogar familiar hasta los 30,4 años. Y la región está a la cola en emancipación.
Aquí, sólo el 14% de los jóvenes pueden permitirse vivir solos. Sólo está peor la tasa en Extremadura (13,6%) y Cantabria, donde es del 13,9%.
El Consejo de la Juventud de España acaba de presentar la situación de la emancipación juvenil que alcanza una tasa del 17%. Se trata de la mejor cifra desde mediados de 2020, pero aún está lejos de la que había antes de la pandemia (18,6 %) y del pico que alcanzó en 2007 (el 26,1 %).
Las tasas más altas de emancipación juvenil están Cataluña (20,6%), Canarias (20%) y Madrid (18%).
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A nivel nacional, las diferencias también son acentuadas por género: el 20% de las mujeres menores de 30 años está independizada, mientras entre los hombres son solo el 14%.
El estudio indica, además, que siete de cada diez españoles entre 16 y 29 años que tienen un empleo siguen viviendo en casa de sus padres, según el citado informe.
Los elevados precios de la vivienda y sus suministros retrasan en muchos jóvenes, con trabajo o sin él, la decisión de dejar de vivir con sus padres: el 83 % no se emancipa o lo que es lo mismo, seis millones de jóvenes.
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En España, el salario mediano de un trabajador entre 16 y 29 años es de 1.050,77 euros en 12 pagas, según el citado estudio, mientras que el alquiler mediano se sitúa en 968 euros al mes.
A esto hay que sumar el coste de los suministros, que rondan los 163,61 euros por cada periodo de 30 días. Es decir, la suma de los gastos supera a la de los ingresos y así los jóvenes lo tienen difícil para dejar de vivir con sus progenitores.
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