0 comment

Los Presupuestos Municipales o El Día de la Marmota

Coincidiendo con el final del mes de noviembre, el alcalde de Albacete, acompañado por el concejal de Hacienda, nos hizo partícipes del borrador de Presupuestos para el próximo año. Un proyecto que, al decir del primer edil, «está comprometido con el progreso de Albacete y de los albaceteños y es ambicioso porque refleja un importante crecimiento, sobre todo en el capítulo de inversiones, para dar una respuesta conjunta a los vecinos y transformar nuestra ciudad en una capital dinámica, moderna, sostenible y que ofrezca oportunidades». Bonitas palabras, sin duda, y que a buen seguro están acompañadas también por una importante dosis de buenas intenciones, pero lo malo del asunto es que una cosa son las palabras y otra muy diferente los hechos, y estos Presupuestos, como tantas otras cosas de la vida, también tienen su lado oscuro.

Me explico.

¿Cómo puede un Presupuesto dar una respuesta conjunta a los vecinos, sin contemplar partidas suficientes para acometer las obras del parque de El Salobral, para el consultorio médico de Argamasón, o para atender las necesidades de asfaltado en varias calles de Tinajeros o Santa Ana?

¿Cómo puede ser posible que el alcalde piense que un Presupuesto puede ser ambicioso y a la vez enmascarar tras el inoperante Consejo Social la participación ciudadana en la confección de los mismos?

¿Cómo se puede hablar de modernidad y a la vez no presupuestar cantidad alguna para la consolidación de un nuevo modelo industrial?

¿Cómo se puede tildar de sostenibles unos Presupuestos que no avanzan en la revisión de nuestro modelo urbanístico, a todas luces trasnochado y falto de una revisión en profundidad que lo haga sostenible?

Y por último, ¿cómo se puede presumir de un presupuesto inversor, cuando la ejecución presupuestaria del programa de inversiones de este año está más cerca del 0 que del 1?

A tenor de las palabras del portavoz socialista respecto de las cuentas municipales para el  próximo año, mucho me temo que la hasta ahora leal oposición, o al menos una parte de ella, dará un puñetazo en la mesa y entonará un sonoro ¡basta ya!, y si lo hace, que lo hará, no le faltarán ni razones, ni argumentos, porque para incumplimientos los del Equipo de Gobierno municipal del PP durante los dos últimos años, y es que la paciencia no tiene porqué ser siempre infinita.

A tenor de lo que ha ocurrido en el último año, me da en la nariz que antes de despedirse a la francesa, Javier Cuenca le debió contar a Manuel Serrano cual es la fórmula secreta para practicar con éxito el cuclillismo político, y que no es otra que aprovecharse de las iniciativas de los demás, para obtener el mayor rédito político posible, y todo ello sin necesidad de tener que devanarse los sesos en busca de propuestas originales y propias de esa ciudad moderna, dinámica y llena de oportunidades con la que sueña el alcalde, pero que tan poco afán pone en conseguir.

Y como es a esa práctica a la que ha confiado su suerte, presupuestariamente hablando, el Equipo de Gobierno ‘popular’, haría bien la oposición en aunar esfuerzos y pedir al alcalde y compañía que le den otra vueltecita a estas cuentas, con la única finalidad de que incluyan en ellas cuantas partidas sean necesarias hasta devolver a la ciudad, aunque solo sea un poco, del «alma» que perdió con la llegada al gobierno de la anterior alcaldesa, y ya puestos a pedir, también un poco del «lustre» que le birló el alcalde Cuenca, tan hierático él.

La reflexión que sigue a continuación es obvia, ¿estarán los tres de Ciudadanos a la altura y se aliarán con el resto de la oposición en la búsqueda de lo mejor para la ciudad y la ciudadanía, o nos ofrecerán un nuevo juego de manos en forma acuerdo de mínimos de última hora, tan condenado al olvido como los anteriores, con tal de dar su apoyo al Equipo de Gobierno ‘popular’?

Para que nuestra querida ciudad avance y no se estanque, es necesario imaginársela a diario, recrearla cada hora, repensarla cada minuto e ir haciéndola cada segundo, cada instante y no sólo desde el despacho de la Alcaldía o desde la primera planta del Ayuntamiento, sino desde cada barrio, desde cada calle de cada manzana y desde cada vivienda de cada portal, solo así, entre todos, conseguiremos lo que nos propongamos, por eso no tiene sentido desdeñar la participación ciudadana y cortar las alas de quien quiere aportar su granito de arena y arrimar el hombro.

Si el alcalde hubiera imaginado la ciudad no repetiría miméticamente un presupuesto tras otro, cual Bill Murray en Atrapado en el tiempo, si el alcalde hubiera repensado la ciudad hubiera abierto canales de participación ciudadana y si el alcalde hubiera recreado la ciudad, los Presupuestos serían el alma y el lustre que necesita Albacete y no una mera lista de partidas y cifras más o menos ordenada, pero sin nada detrás.

Don Benito Pérez Galdós escribió que «nuestra imaginación es la que ve y no los ojos» y a tenor de lo presupuestado por el Equipo de Gobierno del PP, me parece que ellos y ellas sufren de una miopía política mucho más que preocupante, y lo peor del caso, o lo mejor, es que para esa clase de miopía solo existe una cura posible y ésta pasa irremediablemente por la urnas.