Las mafias que trafican con el cobre siguen considerándolo un gran negocio, pese al riesgo que supone cortarlo. Y los datos se siguen contando por millones de euros. De hecho, en los dos últimos años, los robos de este material habían descendido sensiblemente. A la presión de las Fuerzas de Seguridad del Estado, se sumó un importante bajón en el precio del mercado, que llegó a caer hasta un 20% de su valor, aunque como recoge El Mundo, los robos han vuelto a subir y entre otros lugares, principalmente Cataluña, también en Albacete.
Robos con los que siguen sufriendo las líneas de tren y empiezan a sufrir, además, las instalaciones de Telefónica.
Y es que, la infraestructura de cobre da servicio a poblaciones en el ámbito rural, zonas residenciales periféricas y algunas zonas industriales con alta dispersión. En 2016 se han producido más de 200 robos de cable de cobre con servicio telefónico, un total de 150.000 metros de cobre, con un coste de reparación (sin incluir lucro cesante ni otros perjuicios adicionales) cercano a los 4,5 millones de euros. Y sólo en enero se detectaron 15 robos. Eso sí, son datos nacionales.
Los últimos robos están afectando a las comunicaciones fijas y a las móviles y lo que sí se han encontrado las mafias es una potente evolución en el sector. Durante el último año y medio, el proveedor del soporte, Telefónica, ha acelerado la transformación de su red primando la fibra óptica sobre el cobre. Así, el porcentaje de red vulnerable a los robos es cada vez menor y cada vez mayores las zonas con fibra, que no se enfrentan a este problema.
Entre las medidas adoptadas en los últimos meses, la operadora ha instalado sensores en las rutas de cable con alto riesgo de sustracción en toda España, con comunicación inmediata a la Guardia Civil de las alarmas generadas.