El Ayuntamiento de Munera lamenta profundamente el fallecimiento de Doña Amparo Gavidia Murcia, maestra y primera bibliotecaria de la Biblioteca Municipal “Cervantes”.
Doña Amparo, que cumplió 100 años el pasado 22 de marzo, dedicó su vida a la enseñanza y a la promoción de la lectura y la cultura en nuestro municipio, como ha recordado el Ayuntamiento de Munera. «Fue una figura muy querida y respetada, y su labor dejó una huella imborrable en varias generaciones de munereños y munereñas», destacan.
A lo largo de su vida, recibió distintos reconocimientos, como el nombramiento de Hija Adoptiva de Munera. Además, el pasado mes de marzo, el Pleno del Ayuntamiento acordó dar su nombre al Auditorio Municipal, en homenaje a su compromiso con la cultura.
Desde el Ayuntamiento han querido «transmitir nuestro más sentido pésame a sus familiares y seres queridos».
Desde la Biblioteca Cervantes de Munera también han mostrado su pesar por la pérdida de Amparo Gavidia Murcia.
Doña Amparo Gavidia Murcia, maestra, promotora cultural y primera bibliotecaria de la Biblioteca Municipal “Cervantes” de Munera, ha fallecido en la madrugada de este domingo a los 100 años de edad. La misa funeral se ha celebrado el domingo, a las 19:00 horas en la Parroquia San Sebastián de Munera, Albacete.
Nacida en Ayora (Valencia) en 1925 y afincada en Munera desde los años 40, Gavidia dedicó su vida a la enseñanza y a la divulgación cultural. Fue directora del Colegio Público Cervantes, fundadora de la biblioteca municipal en 1966 y, junto a su esposo Enrique García Solana, impulsora de proyectos emblemáticos como el Concurso Literario “Molino de la Bella Quiteria” o la revista local Ecos.
Entre los numerosos reconocimientos recibidos a lo largo de su trayectoria, fue nombrada Hija Adoptiva de Munera, Quiteria de Honor y Pregonera de la Feria 2011. El pasado mes de marzo, coincidiendo con su centenario, el Pleno del Ayuntamiento acordó dar su nombre al Auditorio Municipal como homenaje a su compromiso con la cultura local.
Amparo Gavidia fue autora del Diccionario Munerense, colaboradora habitual en medios de comunicación y en la revista Ecos, además de corresponsal meteorológica durante años. Tras la muerte de su marido y la pérdida de sus dos hijos, continuó abanderando proyectos culturales con entereza y dedicación.
Su figura deja una profunda huella en varias generaciones de munereños y munereñas, que la recuerdan como un referente humano y cultural.