0 comment

Plataformas contra las macrogranjas de toda España se reúnen en Balsa de Ves

La Coordinadora Estatal Stop Ganadería Industrial, nacida en 2017 y que integra más de 70 movimientos vecinales y 6 organizaciones nacionales, ha celebrado su IV Encuentro Estatal el pasado fin de semana (25 y 26 de marzo) en la localidad de Balsa de Ves (provincia de Albacete). 

Más de 50 integrantes, en representación de las distintas plataformas y organizaciones que conforman este colectivo, asistieron a las dos jornadas de trabajo y reivindicación. La del sábado sirvió para compartir experiencias y estrategias entre plataformas, estipular nuevas pautas de organización interna, y prever las movilizaciones que se van a realizar en 2023. Un marco de acción que tendrá a las citas electorales de este año como objeto prioritario. En mayo se pedirá a las candidaturas regionales y locales su posicionamiento sobre el modelo de ganadería industrial y sus propuestas para mitigar la creciente contaminación por nitratos de las aguas subterráneas. Este hecho ha provocado que la Comisión Europea lleve a España ante el Tribunal de Justicia de la Unión por incumplir la Directiva de nitratos agrícolas y por no tomar las medidas suficientes para evitar la contaminación de las aguas del país.

La preocupación por el elevado consumo de agua y la contaminación que suponen los complejos ganaderos industriales centró la jornada del domingo, que empezó con una mesa redonda sobre la importancia de la defensa del agua con expertos en recursos hídricos y acabó con una marcha reivindicativa de más de 200 personas hasta el complejo de macrogranja industrial de porcino, incineradora y planta de biogás propiedad del Grupo Sanchiz. 

Balsa de Ves

La elección de Balsa de Ves como sede del Encuentro se debe a que ejemplifica cómo este tipo de proyectos no fijan población en las localidades donde se instalan sino todo lo contrario. En el año 2006 las autoridades autorizaron en la localidad una explotación de 2.500 madres que, a través de modificaciones no sustanciales o correcciones de errores, se ha convertido en una macrogranja más de 100.000 cabezas (según el censo ganadero de la propia explotación), con una incineradora de cadáveres y una planta de producción de biogás mediante un biodigestor de purines y otros sustratos que son residuos de procedencia industrial. La capacidad de gestión de residuos es de más de 100 toneladas/día y todo el digestato generado se utiliza como abono en los campos vecinos, contaminando el medio natural.