
Francisco Alfaro, director de la Universidad Popular de Ossa de Montiel nos manda este relato de la injusticia que ha afectado a una de las profesoras del centro, por la desmesurada sanción que le han puesto. Este es el relato:
En el año 2009 le pedimos el favor a una maestra jubilada de que diera unas clases de manualidades en la Universidad Popular de Ossa de Montiel. Ella cobraba una pensión de su jubilación como maestra; cuando en aquel momento preguntamos por posibles incompatibilidades se nos dijo que no había ningún problema al ser muy pocas horas (dos a la semana) y un sueldo mínimo, las nóminas más altas eran de 91 €s, el resto solían ser de 70 ó 50. En ningún momento durante los dos cursos que impartió pensamos que pudiera haber el más mínimo problema, tampoco desde Economía y Hacienda se nos dijo nada. Estuvo contratada dos cursos. Nuestra intención era hacer las cosas dentro de la más absoluta legalidad. De hecho ella siempre declaró esos ingresos y nunca se le reclamó nada.
Cuatro años después le vino una sanción de ¡más de 23.000 €s!, casi cuatro millones de las antiguas pesetas, sus ahorros de toda la vida.
A primera vista esto parecía una simple equivocación, porque no cabe dentro de la racionalidad que algo así pueda suceder; sin embargo, unos meses después se comenzó a cumplir la sanción (o más bien sentencia, o la condena…). Ahora está obligada a pagar 636 €s cada mes hasta que pague la cantidad total.
Repito que esos cursos los dio como un favor para nuestro Ayuntamiento y para su pueblo. En esos momentos no había ninguna otra persona que lo pudiera hacer. Nunca hubo el más mínimo afán de lucro, en los dos cursos en que estuvo contratada no cobraría más de 1100 €. Ahora se le piden más 23.000, lo cual nos parece el mayor de los disparates.
Apelamos al Sentido Común de la Administración, pero no obtuvimos ninguna respuesta. Pensábamos que todo era un error, pero se ha convertido en una pesadilla.
