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Pelayo Novo, que encontró en el tenis su mejor terapia, nos cuenta qué es lo primero que ha hecho al volver a Albacete

Pelayo Novo, el que fuera jugador del Albacete Balompié, está de nuevo en la ciudad, aunque esta vez para competir en el XIII Torneo de Tenis en Silla de Ruedas Ciudad de Albacete. Tras completar su entrenamiento, esta tarde, conversaba con MasqueAlba y recordaba, con una sonrisa, que aunque hoy es un día de sensaciones encontradas está «muy contento de volver» y que «lo primero que he hecho esta mañana ha sido ir a desayunar a El Córner, para ver a Patri y Paco que siempre me trataron muy bien».

 

Detallaba que también ha ido a saludar «a la gente de las oficinas de la Ciudad Deportiva, a Víctor, Jorge y Jesús, que se portaron genial conmigo». «Es lo primero que he hecho y he empezado con un buen sabor de boca, si bien es cierto que no es fácil volver dónde acabó mi carrera futbolística, pero vengo a competir ahora en tenis en silla de ruedas, hacerlo lo mejor posible y darlo todo».

 

Sobre qué le ha aportado este nuevo deporte destaca que «fue como una terapia. Lo conocí en el Hospital de Parapléjicos de Toledo, donde hay muchísimas actividades para hacer y a mí me llamó el tenis».

 

«Era el único momento del día en que no pensaba en nada más y fue como una terapia». «Recuerdo que allí había gente que me decía, Pelayo ya verás como al final te dedicas al tenis, les comentaba que no, que imposible, porque en aquel momento no quería saber nada de competir ni de deportes. Pero ahora, con perspectiva y con el paso del tiempo, veo las cosas de otra manera y tengo la oportunidad de volver a estar aquí en Albacete, compitiendo y disfrutando mucho», destaca.

 

Si antes había jugado al tenis, detalla que «la de Joaquín con Julio Baptista, de no he jugado en mi vida al tenis Julio, esa es la mía». «Había jugado al pádel algún verano para estar en forma pero al tenis no».

 

Reconoce que «es complicado, pero con el tiempo he ido cogiendo la técnica y cada vez voy disfrutando más, aunque claro está la dificultad añadida de la silla, que al principio cuesta mucho moverse y como no empieces a mover el aro de la silla justo antes de que el rival golpee no llegas a la bola, porque es cuando más cuesta mover la silla, al arrancar».

 

De su entrenamiento, detalla que lo normal son tres días a la semana, aunque hay semanas de cuatro días de entrenamiento. Y explica que si bien el año pasado fue a unos cuatro de los nueve torneos del circuito nacional, este año se ha propuesto ir a todos. «Me voy marcando metas y eso me permite también disfrutar más del camino».

 

Espera no verse en la disyuntiva de si puede ir al Alba-Castilla porque haya llegado a la final del campeonato que va a disputar porque, aunque le gustaría estar en el encuentro, explica que ha venido estos días con su pareja y sus perros «y se nos complicaría la logística».

 

Apunta que sigue al Alba y que le desea lo mejor, recordando que «guardo muy buenos recuerdos de gente que se portó muy bien conmigo cuando estuve en el Hospital, como Víctor, y después para lo que necesité».

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