0 comment

¿POR QUÉ ACTÚAN DE UNA FORMA TAN INDIGNA CON LOS DESPIDOS EN EL ALBA?

Vaya por delante que esto es un editorial y como medio de comunicación en esta sección podemos expresar las opiniones que estimemos oportunas -que tiene gracia que tengamos que explicar este tipo de cosas, pero para evitar posteriores amenazas de denuncias o querellas, vaya por delante esto-.

Llama la atención que en un club como el Albacete Balompié -donde la deuda se calcula por millones de euros- ahora vaya a resultar que por despedir a tres personas se vaya a solucionar el problema económico del club.

Sí, se trata de los despidos del que ha sido director general del club, Matías Martínez; del abogado, Jesús Arjona; y de la empleada Ana de la Rosa, a la que lo único que le pueden achacar -los otros dos también han hecho mucho por el club- es defender a su padre, el bueno de Ferre de la Rosa, de las calumnias que desde el anterior consejo se han vertido y que han llegado a tener eco incluso en medios nacionales.

Son muchas las paradojas de estos despidos: primero que los nuevos directivos se apresuraran a darles «vacaciones pagadas» a las doce horas de estar en el club y no darles ni una oportunidad -curiosamente a las tres personas que habían ‘crucificado’ ya el anterior Consejo, que presidía Agustín Lázaro, mano derecha de José Antonio Iniesta. Antes del acuerdo con Iniesta, de hecho, Garrido dijo que los empleados no eran el problema del club, versión que con estos tres cambió a las pocas de horas de estar en el mismo. Cada uno que saque sus propias conclusiones.

Pero lo cierto es que en sus despidos alegan que no van a cubrir sus funciones y que así se garantiza la viabilidad del club. Pues la primera en la frente, porque se alegaba que prescindían del abogado porque había uno en el Consejo y los despidos no los ha ejecutado el abogado-consejero, sino que ha sido José Manuel García Blanca. Curiosamente, el abogado albaceteño que preparó el ERE encargado en la etapa de Lázaro e Iniesta y que provocó el enfrentamiento directo con los trabajadores, momento a partir del cual declararon la guerra a los tres empleados ahora despedidos. Y para eso es tan fácil como tirar de hemeroteca, que no hay que remontarse muchos meses atrás.

Algo que nos parece indignante es que la semana pasada se pagara la nómina de octubre a todos los empleados salvo a estos tres y ahora les dan la carta de despido sin pagarles ni esa nómina alegando motivos económicos. En el caso de Arjona y De la Rosa les adeudan dos meses y en el de Martínez llega hasta medio año, además de la indemnización por despido que les correspondería.

Han hecho las cosas desde el club de una manera en la que a los afectados nos les queda otra que recurrir a los tribunales para exigir el dinero que es suyo. Algo lícito, que nadie criticaría a ningún empleado de ninguna otra empresa y una acción con la que están defendiendo los intereses de su familia.

Por cierto, que a ver si con estos procesos también se va conociendo parte de la verdad que hasta ahora ha permanecido oculta y que puede desvelar que los que muchos creen que son tan buenos y reconocidos no lo son tanto.

Hay quienes piensan que en esto de los medios estamos dos sectores: los que apoyamos a los empleados y los que están con el consejo. Aquí no se trata de jugar a los indios o los vaqueros o ver quiénes son los buenos o los malos pero creemos que hay dos cosas claras:

Una, que Garrido es el brazo ejecutor de las medidas poco populares que ni el anterior consejo, ni otros que también lo intentaron, se atrevieron a tomar. Pero no hay duda que hay formas y formas de hacer las cosas. Desde que el club descendió se ha prescindido de otros empleados como el jefe de prensa, que también nos dolió, pero al menos en ese caso las cosas se hicieron con elegancia.

Los propios afectados en este caso habrían aceptado negociar la salida, pero no con las formas humillantes que han tenido.

Sí que hay que reconocerle a Garrido que ya ha puesto dinero de su bolsillo –como él mismo reconoció a este medio- para pagar al resto de empleados.

Y dos, que ‘manda narices’ como se dice coloquialmente que tengan que soportar que les digan que con sus despidos ya está todo arreglado –como pone en sus despidos- o que no quieren al club –como insinúan algunos-. Cuando en todos los casos fueron a la ampliación de capital con mucho más dinero que consejeros actuales -el anterior presidente Lázaro ni es accionistas- o que tengan que escuchar a algún consejero presumir de que el Alba ha viajado por su ayuda cuando ha puesto 300 euros que ha recuperado, mientras que Matías Martínez del dinero que cobraron cuando la campaña de abonos devolvió una cantidad importante de su dinero para que el equipo pudiera realizar dos desplazamientos.

Al César lo que es del César y a Iniesta hay que agradecerle que ha sido la persona que más dinero ha metido en el club y que hoy tiene vida por él, pero al padre del máximo accionista y sus asesores les han perdido las formas y aunque Garrido dejó claro que a partir del 24 de octubre decidía él la jugada parece estar escrita con V, de Vendetta.

El tiempo pone a todo el mundo en su lugar y lo que nadie va a quitar es el amor que estos trabajadores afectados sienten por el Albacete Balompié. Suerte.