Una aficionada del Albacete Balompié increpó al míster del Alavés, Luis García Plaza, que era «una vergüenza» lo que había hecho el árbitro, aludiendo a los ocho minutos de descuento que había añadido tras el empate del Alavés en el Carlos Belmonte.
El entrenador del conjunto rival, que sacó un punto de su visita a Albacete, se lo tomó a bien y se quiso quedar dando sus explicaciones a esta aficionada blanca.
Incluso cuando quienes iban con él intentaron que se metiera hacia vestuarios, para evitar ningún altercado, él les pidió que le dejaran, que estaba conversando con la aficionada a la que no le convencía la actuación arbitral.
Todo quedó en la anécdota tras un encuentro en el que el Carlos Belmonte volvió a presentar un lleno espectacular.
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