¿Qué va a pasar ahora con el Albacete y cuándo? Son las dos principales preguntas que los aficionados del club blanco se estarán haciendo desde que este mediodía se haya confirmado que la jueza ha iniciado el auto de liquidación de la entidad.
Desde MasqueAlba hemos consultado a expertos en derecho para conocer el escenario que ahora se presenta para la entidad:
1.- Una vez nombrado el administrador concursal, que es José Ángel Muñoz, igual que en la anterior ocasión, los embargos como el de Hacienda quedan levantados, ya que la Justicia está por encima de la Administración.
Así, el encargado de realizar la liquidación -no viene para ver si es viable o no, sino para liquidar la sociedad, que es la orden que tiene del juzgado, previa petición del club (es la primera vez además que lo pide un club voluntariamente)- cesa el Consejo de Administración pero el trabajo diario del club sigue de manera normalizada y los trabajadores seguirán cobrando con el dinero que vaya entrando, que es suficiente al no estar ya embargados los derechos de Televisión, como lo explicó el propio José Miguel Garrido.
2.- Mientras, el administrador hará el plan de liquidación de la sociedad, analizando lo que queda por pagar y pagando, en función de las preferencias que marcha la ley: primero a los trabajadores -aunque en este caso no habrá deuda porque habrán ido cobrando-; después Hacienda y la Seguridad Social y más tarde ya el resto de acreedores que puedan tener deudas pendientes.
El proceso podría demorarse hasta un año -plazo en el que, en caso de no estar, la jueza podría incluso cambiar de administrador- pero lo normal es que esté a 30 de junio, con la temporada ya finalizada.
3.- Una vez planificada la liquidación, el administrador concursal puede decidir varios escenarios para la venta de los bienes del club; como un todo o por partes, donde los activos más importantes serían la Ciudad Deportiva, que podría ser solicitada por ejemplo por Hacienda al no haber dinero suficiente para saldar la deuda con ellos, y la plaza del equipo, que cambiaría mucho la situación de ser en Segunda a Segunda B. De hecho, el Salamanca, en Segunda B, compró la plaza el año pasado por 250.000 euros tras su disolución.
Por ello, cuando se subastara la plaza el propio Garrido podría quedarse con ella y que el equipo jugara en la categoría en la que se comprara. Quizás por su mensaje en la rueda de prensa es una posibilidad que se plantea. Pero claro si la plaza sale a la venta también podría comprarla alguien de fuera y llevársela para otra ciudad.
El dinero urgente que ahora reclama Hacienda ya pasa a ser una deuda más, sin embargos.
4.- Y los trabajadores, lo normal en estos casos, es que a 30 de junio esté todo liquidado, no sea necesario su trabajo diario o al menos de todos ellos y se haga un ERE por extinción de la empresa.
Sin duda, un escenario desolador del que no se conocerá su futuro al menos hasta terminar la temporada, aunque el club se liquide Garrido insistió en que fútbol si había aficionados seguiría habiendo, aunque tuviera que ser en otra categoría.