El Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que ha presentado el Albacete Balompié y afecta a 44 trabajadores, entre los empleados que mantienen y trabajan en la Ciudad Deportiva y quienes ejercen como controladores en los accesos al Belmonte, es de Extinción de Puestos de Trabajo. Pero, ¿qué puede pasar tras este expediente?
Como cuando lo presenta cualquier otra empresa, ahora se inicia un periodo de consultas y negociaciones en el que la empresa y los trabajadores pueden alcanzar acuerdos. Acuerdos que, como en todo este tipo de casos, pueden ir en dos vías: salvar algunos puestos de trabajo o mejorar las indemnizaciones. Si acabado el plazo, que suele ser de un mes, el Comité de Empresa y la empresa no han alcanzado acuerdo lo más normal -tras la aprobación de la última Reforma Laboral- es que el ERE se ejecute como lo haya presentado la parte empresarial -en este caso con la extinción de todos los puestos de trabajo- y que las reclamaciones en caso de disconformidad de los empleados ya tengan que hacerse en los tribunales.
Lo normal, teniendo en cuenta la situación económica de la entidad, es que el ERE pueda justificarse sin problemas por cuestiones económicas. Pero, claro, si finalmente se despide a todos los empleados, ¿quién se va a encargar del mantenimiento de la Ciudad Deportiva o de controlar los accesos y salidas del estadio? Porque cuando una empresa lleva a cabo un ERE tiene que pasar cierto periodo de tiempo hasta que pueda volver a contratar y, durante un tiempo además, en caso de contratar debe hacerlo de entre sus extrabajadores si para conseguir aprobar la medida ha aducido causas económicas.
Los trabajadores perjudicados por esta medida, que esta tarde han convocado una rueda de prensa, tendrán que exponer ahora su planteamiento y hacer sus propuestas. La medida de los 44 despidos debería ser el último paso sino es posible llegar a otra solución y evitarla, en cualquier medida, para garantizar la atención del club.
En cuanto a otros EREs con un número importante de trabajadores afectados que se hayan vivido en la provincia de Albacete en los últimos meses podemos recordar el que afectó a los empleados del diario La Verdad, en el que a última hora la empresa decidió salvar cinco puestos de trabajo con un nuevo modelo de negocio. Eso sí, si es la empresa la que plantea una de estas medidas y elige qué nombres permanecen y cuáles no los trabajadores tampoco tendrán elección. Si uno de los ‘salvados’ no quiere quedarse en el Alba -en el caso de que se planteara esta situación- sería una baja voluntaria, no un despido.
Los empleados de Gamesa, por ejemplo, también se vieron inmersos en un ERE que planteaba el cierre de la planta en la ciudad de Albacete y en el que solamente consiguieron salvar algunos puestos de trabajo con traslados geográficos, por lo que la negociación se centró finalmente en mejorar las indemnizaciones.
Lo normal en una empresa en pérdidas es que se ofrezcan indemnizaciones de entre 20-25 días por año trabajado, en base a la nueva Reforma Laboral, muy lejos de los 45 días por despido improcedente de no hace tanto tiempo.
En el caso del Alba, las negociaciones comenzarán ahora y habrá que ver hasta qué punto está dispuesto a negociar el Consejo de Administración de la entidad con los empleados que tantos años han dedicado al club.
Una vez que el ERE quede presentado en Trabajo y aprobado -estaríamos hablando de un plazo alrededor de un mes- los despidos podrían ejecutarse, con lo que podría darse la circunstancia de que no hubiera trabajadores en la entidad -al margen de jugadores y cuerpo técnico evidentemente- en el arranque de la liga, que comienza el fin de semana del 25 de agosto.