- Asegura que “cambiaría todos los títulos conquistados en Portugal y Rusia por haber logrado el ascenso con el Albacete FS”
Por Carlos Garrido
El sábado 23 de marzo, al término de los partidos pertenecientes a las semifinales de un evento tan importante como es la Copa de España de fútbol sala, tuvo lugar sobre la pista del Palacio de los Deportes de Cartagena un encuentro amistoso a modo de ‘All-Star’ en el que se dieron cita un elenco de jugadores míticos de este deporte.
En un lado España, representada por jugadores de la talla de Paulo Roberto, Luis Amado o Joan Linares. En el otro, varias estrellas de otros países como Vinicius o Ari Santos. Precisamente, en este segundo equipo estuvo muy presente el Albacete Fútbol Sala, puesto que en él también disputaron minutos dos de los jugadores más importantes en su historia como son Honorio de Oliveira ‘Noro’ y Robson de Jesús.
Recientemente, en masquealba.com hemos tenido la oportunidad de hablar con el propio Robson, cuya figura fue clave en la construcción de los cimientos de aquel Albacete Fútbol Sala que logró la épica gesta del ascenso a División de Honor.
La historia de Robson con la ciudad de Albacete arrancó en el año 1997, cuando el jugador hispano-brasileño, después de jugar al máximo nivel en Brasil y España de la mano de equipos como Fluminense, Vasco de Gama, Cajasur Córdoba u Orense y convertirse en campeón de Liga y Copa en Portugal con Miramar, aterrizaba en nuestra ciudad en busca de un proyecto que le brindara cierta estabilidad familiar más allá de lo económico.Por aquel entonces, el Albacete Fútbol Sala contaba con una plantilla de jugadores de la tierra que habían sido capaces de conducir al equipo con enorme mérito hasta la categoría de plata. Este hecho animó al club a plantear un proyecto más serio que con el fichaje de Robson, reciente máximo goleador del campeonato luso, fue un paso más allá.
Poco a poco, el Albacete FS iba creciendo y adquiriendo tintes de equipo llamado a hacer cosas importantes. Sin descuidar la apuesta por los jugadores locales, la entidad sumó nuevas incorporaciones que dieron forma a un conjunto que pelearía en un futuro por el ascenso y en el que Robson seguía siendo pieza clave.
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No obstante, llegada la temporada 2000-2001, a Robson le surge la posibilidad de poder ir a Rusia, concretamente a Gazpron, y competir en una de las Ligas más potentes de Europa. El Albacete FS, como muestra de agradecimiento a la gran labor del jugador durante los últimos años, no puso ningún impedimento y llegó a un acuerdo para que recalase en su nuevo equipo en calidad de cedido.
En Gazpron, Robson volvió a saborear un título como la Copa de Rusia, el primero del club, y a sus 32 años regresó a Albacete con energías renovadas, mayor experiencia y con ganas de darlo todo por un escudo que seguía esperándole con los brazos abiertos.
Finalmente, Robson y su Albacete Fútbol Sala a punto estuvieron de alcanzar la gloria en la campaña 2003-2004, pero se toparon con un Benicarló sublime e imperial que les privó de ello en las eliminatorias de la fase de ascenso. Tras aquel suceso, Robson decidió dejar el equipo y el fútbol sala de tal nivel, marchándose al Villarrobledo para involucrarse en un proyecto de menor exigencia, pero también con ambición.
Aun así, siguió muy de cerca a un Albacete Fútbol Sala que al año siguiente, en 2005, lograría hacer realidad su sueño y colarse en División de Honor. En paralelo a ello, Robson conseguía éxitos en Villarrobledo, como otro ascenso al fútbol sala de bronce. Sin embargo, el inicio del equipo capitalino en la élite no fue el mejor y Rafa Candel, presidente del Albacete Fútbol Sala, le llamó para proponerle ser el nexo de unión entre la directiva y el vestuario, condición que se incrementó aún más con la llegada de Beto como entrenador. Había que salvar la categoría y Robson podría contribuir a ello.
Como era de esperar, no se lo pensó dos veces y volvió a involucrarse de lleno en un Albacete FS que no logró la permanencia, pero que igualmente hizo historia.
Este es, a grandes rasgos, el resumen de los 9 años en los que Robson ha estado defendiendo los intereses de una entidad como el Albacete Fútbol Sala, la cual le ha dejado huella. Tanto es así que Robson nos comenta que “cambiaría todos los títulos conquistados en Portugal y Rusia por haber logrado el ascenso con el Albacete FS”.
Es el equipo que más ha querido, por todo el tiempo que ha estado en él y por lo bien que la gente le ha acogido”, indica.
En la actualidad, Robson, vinculado al mundo del deporte trabajando para la marca Viator, y su familia siguen haciendo vida en la ciudad de Albacete por el siguiente motivo: “Más de la mitad de mi vida la he vivido aquí. La acogida que tuvo la gente conmigo fue increíble. Estoy encariñado con Albacete y su gente. Han pasado 20 años de todo y aún salgo a la calle y la gente me reconoce. Estoy impresionado”, señala Robson.
Observando estas palabras, no es de extrañar que se sienta emocionado tras formar parte del partido amistoso que mencionábamos al inicio y en el que volvió a dejar presente el legado que tiempo atrás construyó el Albacete FS: “Lo de la Copa de España fue una gran alegría. Se acordaron de mí para estar allí representando a Albacete”.
Finalmente, Robson quiere mandar un mensaje a la actual directiva del Albacete Fútbol Sala que pelea por devolver al club al lugar que un día ocupó: “Jesús y toda la directiva están haciendo un esfuerzo tremendo para recuperar lo que fue el Albacete FS”, concluye.
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