La historia de Lidia Gómez y su socio, al frente desde hace unos meses de la cafetería Santanica Picnic, en el número 40 de la calle Marqués de Villores, es un ejemplo de saber reinventarse para tratar de plantar frente a la grave crisis que castiga a este y muchos sectores por una pandemia, la del Covid, que llegó en marzo de 2020 para trastocarlo todo.
Quién les iba a decir a ellos, que en ese momento trabajaban como franquiciados en una cafetería que organizaba además cumpleaños, fiestas temáticas o escuelas de verano, que se verían obligados a buscar nuevos cauces de negocio para no bajar la persiana de manera definitiva.
Desde hace unos meses, están al frente de Santanica Picnic Café, en pleno centro de Albacete, pero atesoran años de experiencia en el sector. Son un centro de ocio familiar e infantil donde por la mañana cuentan con un grupo de crianza y por la tarde han podido comenzar a ofertar de nuevo sus cumpleaños, aunque con las medidas de seguridad frente al Covid, en grupos burbuja y con aforo reducido, como lo explica Lidia Gómez.
Su negocio ofrece múltiples actividades así que a ella le gusta definirlo como que “es un centro de sacar sonrisas y de hacer feliz a la gente”.
El cierre en plena pandemia les hizo reinventarse para no tener que tirar los productos que ya almacenaban. Así surgió la idea de preparar desayunos sorpresa que repartir a domicilio y que conquistan a quienes reciben tan apetecible regalo. “Quienes lo reciben quedan encantados, que llamen a tu puerta y te lleven hasta el café caliente, en un desayuno saludable, es algo que gusta”, apunta. Tanto que incluso ya están pensando en ofertar también la posibilidad de repartir meriendas.
Los primeros desayunos los repartía ella misma, pero la idea ha triunfado tanto que ya incluso cuentan con una empresa de reparto para acercarlos a los domicilios de los agasajados. Y lo reparten con Reca2, otra empresa local. Porque Lidia y su socio, que tienen además a una trabajadora en el negocio, tienen muy claro que quieren ayudar a otras empresas de la ciudad y, muy especialmente, de su barrio.
De este modo destaca que “trabajamos con comercios cercanos, intento comprar todos los productos que van en los desayunos en el comercio del barrio, la fruta o el embutido, por ejemplo”.
Y trabaja ‘codo con codo’ con la Floristería El Jardín, de cuya responsable Nuria, destaca que “me ayuda muchísimo. Siempre está disponible”. Lamenta que este negocio, el de la floristería, también se ha visto resentido con una crisis que anuló eventos de un plumazo. Por ello, se le ocurrió poder aportar su granito de arena ofreciendo también la posibilidad de completar los desayunos con flores.
Ideas de negocio que surgen en tiempos de crisis entre aquellos emprendedores que se resisten a cerrar y dejar de crear empleo en Albacete.
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