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SILENCIO ABSOLUTO ANTE EL CRISTO DEL CONSUELO (Espectaculares imágenes)

Cuando las campanas tocan la medianoche, parte de la parroquia de la Purísima de Albacete la Procesión del Silencio con el Santísimo Cristo del Consuelo, un acto recuperado para la Semana Santa de la capital por la Cofradía del Silencio y Santo Vía Crucis en 1951.

Enfundados bajo sus túnicas moradas, ocultado su rostro, decenas de penitentes arrastran la pesada cruz de madera, símbolo del sufrimiento que Jesús soportó por todos nosotros, ante la atenta mirada de cientos de personas que acuden a una de las procesiones más respetadas y singulares de Albacete.

En las calles, un silencio sepulcral y oscuridad. Al paso de esta procesión, luces y escaparates se apagan en señal de respeto y duelo, y en la letanía todo enmudece, menos el compás solitario del bombo que abre la procesión o el golpe acompasado y monótono de las horquillas de los costaleros; aunque el sonido que deja helado al que presencia este desfile de creyentes, es de las cadenas que arrastran por el suelo penitentes descalzos que encierran en este acto doloroso una promesa. Ese crujir de las cadenas permanece resonando por las calles de la ciudad hasta que el Santísimo Cristo del Consuelo regresa a su templo.