Sobre las 8 de la mañana, los vecinos han alertado a la Policía que varios inmigrantes se escapaban a la carrera del IFAB y comenzaba un despliegue que, a las 11 de la mañana, mantenía cortada la Avenida Gregorio Arcos, a la altura de la IFAB por los incidentes. Ahora, tensa espera, con unos 40 inmigrantes que han salido todavía en la esquina de fuera, sin acceder a la IFAB, mientras dentro, representantes de las distintas administraciones, donde está el subdelegado del Gobierno, Miguel Juan Espinosa, y hasta donde han llegado el alcalde, Vicente Casañ, o el vicealcalde, Emilio Sáez, intentan calmar los ánimos y resolver una situación que ha generado expectación y alguna crítica entre los vecinos que se han despertado sobresaltados por el suceso en este cinco de agosto.
Muchos inmigrantes gritan que sólo quieren salir a trabajar y otros muestran pancartas en las que indican que necesitan salir para poder mandar dinero a su familia y que quieren hacerlo sin violencia.
Otros inmigrantes, eso sí, han podido hoy dejarlo, con la incertidumbre de dónde ir ahora si ya no pueden volver al asentamiento de la carretera de Peñas.
Cheikhoy Cisse, del colectivo de Apoyo al Inmigrante (Acaim) ha indicado que «lo que piden es información, quieren salir a trabajar porque necesitan el dinero y no entienden que después de tres pruebas Covid negativas y dos semanas aquí no puedan salir todavía».
Ha indicado que ahora habrá una nueva reunión con representantes de las Administraciones y ha confiado en que puedan tener una repuesta.
Él, que está en la IFAB tratando de calmar los ánimos, insiste en que «es una falta de información completa, no saben qué hacen aquí tanto tiempo sin poder trabajar».
La zona se ha vuelto a llenar de Policía y hay mucho nerviosismo. Además, la carretera de Madrid permanece cortada por la Policía.
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