Julio Martínez
Hay dos Albacetes, el de Toni Cruz y Skyline y la gasolinera de aldea que gestiona cada día Alejandro Menéndez. Hay dos Albacetes, el que ha hecho 80 años y por el que tanta gente ha sufrido y el juguete de unos gestores que saben de todo menos de fútbol. Hay dos Albacetes, el que juega al fútbol y el que juega al dictado de la dictadura de los mercaderes de pseudotalento. Hay dos Albacetes, el de los futbolistas que quieren y el de sus centrales. Hay dos Albacetes, el que gana y el que pierde. A dos meses vista, después de las hilarantes declaraciones del humorista Toni Cruz, el Fernando Simón de la marca blanca de Hacendado, el Albacete ha perdido todos los partidos. Tres seguidos y un empate que sabe a derrota. El mejor jugador del Albacete en Sabadell fue Larguero. El mejor jugador del Albacete fue la incompetencia del Sabadell.
Hay dos Albacetes, el que roba y el que es robado. Hay dos Albacetes, el que saca futbolistas y el que saca asalariados. En los últimos tiempos, solo hay un Albacete, el que sale con once y acaba con diez. Pero hay dos Albacetes, el que se dice robado por las expulsiones y el que asume que son pocas las penas que paga un equipo tan bochornoso. «Borchenoso», que diría Cañita Brava. En cuestión de 3-4 jornadas, tres defensas expulsados y alguno más lesionado. Sus recambios están en el álbum de Kika Superbruja que se compró Toni Cruz cuando le dio por ser gestor. Sigo pensando en la putada que le han hecho a Alejandro Menéndez y en por qué no se pira. López Garai se molestó mucho cuando dije que hubiese venido a La Mancha aunque fuese a coger ajos a Las Pedroñeras. Pero es que Toni Cruz le habría alquilado el traje a Zubi para vestirse de Zete y poder entrar disfrazado al Belmonte. El Alba es un carnaval grotesco que se mantiene únicamente por la pírrica ilusión de Menéndez.
Un Menéndez que puso ambientador en el estercolero pergeñado por Mauro Pérez y continuado por su paisano guanche. Menéndez echó a toda la purria que llegó en verano y que aquí anunciamos un 18 de agosto. Igual que Ramis tuvo que sacar a los bomberos toreros disfrazados de futbolistas que llegaron de ponerse pelo en Turquía. En eso se ha convertido el Albacete de estos gobernantes. Esos mismos mandatarios que quieren callar a la prensa y que creen estar por encima del bien y del mal. Muchos les compran el discurso y practican las felaciones típicas de los pobres de espíritu. Carencias profesionales que son cada día más habituales. Analice una obra y conocerá al artista, leí hace poco. Pues eso, analicen la obra de este equipo y sabrán quién y por qué ha creado este desastre.
De los últimos cuatro partidos, el Alba ha sacado un punto y mucho es. En los últimos cuatro partidos, Menéndez ha tenido que hacer un ejercicio de bonhomía para no decir lo que quiere decir. Menéndez no es ni valiente ni ingenuo, pero tampoco es tonto. Lucas Alcaraz no denunció las tropelías de esta caterva hasta que se fue y López Garai no dijo nada porque su palabra tiene tanto valor como la delantera del Albacete. Alcaraz fue un completo acomplejado y Menéndez corre el riesgo de coger el mismo camino. Menéndez tiene que salir y decir lo que hay. Le dieron el Titanic y para arreglarlo le dejaron un iceberg. Alejandro Menéndez tiene que hablar claro y decir que todo lo que necesitaba es justo lo que no le han traído. Menéndez lucha contra los elementos sin armas. Menéndez es la penúltima víctima de Skyline. En el Albacete de la barba perfilada no hay ganadores sino supervivientes, y Menéndez está cerca de caer en el ostracismo si no sale a contar y cantar las verdades de ustedes ya saben quién.
En Sabadell se le cayó el tercer central en tres partidos. En Sabadell se le cayó la poca confianza que tenía en la plantilla. El Albacete sigue siendo el mismo que el 18 de agosto y aquel que plasmó la mayor de las vergüenzas en Cornellá. «No es nuestra liga», dijeron los bots del hacedor ofendido. «Nuestra liga empieza en Ponferrada», aseguraron los que tienen la misma idea de fútbol que el que hacía las promos con Nahuel Arroyo. Craso error cometerán los que señalen a Menéndez. Él no tiene la culpa de nada que no sean las tres victorias seguidas. El milagro dura lo que dura el efecto del nuevo entrenador. Pasó con el gracias a Dios olvidado Lucas Alcaraz, tuvo lugar con el gracias al cielo desaparecido López Garai y está pasando con el bendito Alejandro Menéndez.
El Albacete está en manos de unos nefastos gestores deportivos que han hecho del último mercado de invierno su particular escaparate para figurar en el ‘Top Lamentables’ del fútbol profesional. Encima, los que le dan coba son tanto o más patéticos como ellos. El Alba es un equipo que apesta a amateur desde agosto, pero sigue teniendo en su mano la salvación. Si tiene que pasar por el que se comió a Gorosito, Boyomo o el amortizado Arroyo, irá a Segunda B. Si potencian a los jugadores que quieren jugar, que son tres, y a ellos le suman la ambición de la juventud, no solo se salvarán sino que sacarán futbolistas con condiciones para jugar al fútbol de verdad. Condiciones que no han demostrado los Olabe, Capezzi, Ballou Tabla, Muntari, Ergas, Del Pozo, Javi Navarro, Liberto, Nahuel, Alberto Benito, Diamanka, Ortuño, Fran García, Caballo, etc. Todos forman parte del proyecto Skyline. Todos son culpables de la peor etapa del peor Albacete de la historia. Todos somos víctimas, pero culpable solo hay uno. Y no es Alejandro Menéndez.