Agentes medioambientales de Castilla-La Mancha se encontraron, al realizar una inspección de un tendido eléctrico en la comarca de Bazalote, con más de 30 cadáveres de aves rapaces, según los primeros datos.
Entre ellas, se encuentran restos de ejemplares de gran porte y de especies protegidas como el águila imperial (en peligro de extinción), águila real, búho real o milano.
Algunos de los restos son óseos por lo que pueden llevar más de un año muertas, según lo indicó un portavoz de la Consejería de Agricultura, Medio Ambiente y Desarrollo Rural de la Junta de Castilla-La Mancha. En el caso de que se confirme su electrocución, el Ejecutivo pondrá en marcha un expediente sancionador contra los responsables.
Julia Giménez de la Sociedad Albacetense de Ornitología (SAO) explica que los ejemplares han aparecido en el interior de una finca que se encuentra vallada habitualmente a la que no se puede acceder.
«Desgraciadamente, en Albacete contabilizamos sobre unos 200 ejemplares de electrocuciones de aves al año», explica. En 2018 ya han registrado la muerte por ese motivo de tres águilas imperiales, una perdicera, y tres reales; 25 búhos reales y 12 ejemplares de águilas calzadas y culebreras, entre otras.
A pesar de los datos, Giménez aclara que la delegación de Agricultura de Albacete se encuentra muy implicada en revisar los tendidos y en sacar adelante los expedientes sancionadores cuando procede.