Por Julio Martínez
No es justo que el Alba haya sacado 0 puntos de los 9 que había en juego esta semana. Porque en juego, hemos visto a un Albacete capaz de competir. Eso sí, hasta que encaja un gol en contra. A partir de ahí, el Alba no tiene una reacción deportiva para levantarse. Al final del partido frente al Español, Tomeu Nadal dijo en la tele hasta cinco veces que el equipo está jodido. Seguramente sea ese el mensaje que quiere transmitir el capitán, que es el único que está por encima de lo que respecta al juego. No ha tenido su mejor semana, pero sí es el mejor portavoz. El Alba está jodido y lleva jodido mucho tiempo. Pero el Alba de verdad, el de Vellando y la gente que lo sufre desde fuera, aunque tenga que entrar a menudo, es el único que está a la altura. Ese Alba ha sido empujado a la vergüenza por Álvaro Jiménez.
Cuando lean estas líneas probablemente ya haya pedido perdón, pero no sirve de nada. Los cojones, al toro. Vellando cura futbolistas y cura toreros. Vellando cura hombres, y este Alba no conoce esta raza de seres humanos. El empujón de AJ a Vellando es lo más lamentable que se ha visto por aquí en años. Qué menos que respetar a aquellos que están ahí siempre para ayudarte, ganes o pierdas. Qué menos que respetar a un apellido que va ligado a la historia del club. Claro, AJ no tiene ni idea de dónde está ni le interesa. Con suerte, el año que viene tendrá hueco en algún equipo profesional. Con suerte, no jugará ni un minuto más en este equipo al que ha despreciado sobremanera.
La derrota frente al Español podía ser hasta previsible a priori. Como dicen en el club y en sus foros más públicos, no es un equipo de nuestra Liga. A estas alturas, ningún equipo es de nuestra liga, porque el Alba no le gana a nadie, haga lo que haga. Trabajar trabaja, pero no le llega. Competir compite, pero no lo suficiente. Lo de la profesionalidad, bueno, vale. No puedes esperar mucho de futbolistas en los que no has depositado ninguna esperanza. Aun así, a este Albacete le quedan 27 puntos por disputar y solo está a seis de salir del pozo. Después de tanta calamidad, sigue a seis. No es imposible, siempre y cuando se salga a ganar y no a perder. Si los voceros del Alba y Menéndez dicen que el equipo está mejor que nunca después de conseguir 5 de los últimos 30 puntos en juego, habrá que creérselo. Si consigue 5 de los siguientes 27, no le dará ni para salir del descenso esta misma noche.
Siguen engañándose y, lo que es peor, continúan tratando de colocar un mensaje viciado que le compran cuatro o cinco ruidosos, pero siguen ahí abajo, despreciando a la gente de la casa y empujando a aquellos que les cuidan, aunque no lo merezcan. Dice Menéndez que el último gol del Español, un 0-3 en casa yendo colista, es anecdótico. Es tan anecdótico como que el puesto de entrenador del Albacete lo siga ocupando un alineador de filiales y equipos asiáticos. Seguramente sea tarde para cambiar de entrenador, de director deportivo o de jugadores. Sobran todos, pero nunca será tarde para elogiar el trabajo de la gente de la casa, de los que no sobran sino que hacen falta, de Vellando, de Rodri, de David, de Miguel, de Juan y de tantos otros que van todos los días a la ciudad deportiva a trabajar y a no hacer ruido, independientemente de cómo esté el equipo. Todos esos seguirán ahí aunque se consume el descenso. Ellos son el Alba y no las lágrimas de Álvaro Jiménez.