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Vintage Albacete-Rayo 92/93: Un gol de Antonio derrotó al Rayo con Paco Jémez de jugador

Los primeros enfrentamientos con el Rayo Vallecano llegaron a mitad de los 80 y por primera vez se encontraron en Primera División en la temporada 1992-93. Un año antes el Alba había debutado en la máxima categoría y los madrileños habían regresado esa campaña para vivir su cuarto año en Primera.

El equipo de Vallecas estaba entrenado por José Antonio Camacho, que era el técnico con el que habían regresado a Primera, y contaba con un planten de jugadores míticos, empezando por su actual entrenador, Paco Jémez. En la portería estaba Wilferd, teniendo como suplente a Toni Jiménez, y jugadores del calibre de Pizo Gómez, Anton Polster, el veterano García Cortés, Visnjic, Pedro Riesco o Antonio Calderón.

El Albacete había sufrido un relevo en el banquillo. Julián Rubio había dando un paso al lado para quedarse en los despachos por la mala trayectoria en la que era la temporada de su debut como técnico en Primera y el uruguayo Víctor Espárrago se había echo cargo del equipo con la misión de salvar la categoría, lo que consiguió no sin esfuerzo y en una temporada marcada por la trágica muerte de Rommel Fernández en accidente de tráfico en el mes de mayo.

El enfrentamiento con el Rayo Vallecano se produjo en la jornada 18, disputada el 17 de enero de 1993 en un Carlos Belmonte que rozó el lleno y recaudó 12 millones de pesetas de la época. En el palco estuvo el presidente del conjunto madrileño, que en esa época no era otro que el polifacético y polémico José María Ruiz Mateos. También estuvo ese día en el palco el presidente de la Junta de Comunidades, José Bono y como espectador de lujo el que había llevado al Albacete a sus más altas cotas, Benito Floro, en ese momento entrenador del Real Madrid.

El Albacete estaba en la parte baja de la tabla, aunque había empezado la remontada. Era el tercer partido con Espárrago en el banquillo, que debutó con un fantástico 5-0 sobre el Cádiz y venía de sacar un valioso empate en el Carlos Tartiere frente al Oviedo. El Alba ocupaba la 17ª posición, entonces puestos de promoción de descenso, con 11 puntos, merced a 4 triunfos, 3 empates y 10 derrotas. El Rayo por su parte había empatado en Vallecas con el Sporting de Gijón en la anterior jornada y ocupaba una cómoda 10ª plaza con 18 puntos.

Con arbitraje de un colegiado muy poco querido por la afición manchega tras los incidentes ocurridos la temporada anterior en el partido contra la Real Sociedad, el balear Riera Morro, el partido disputado en enero de 1993 no pasó a la historia por un juego exquisito. Fue un encuentro de mucha tensión defensiva y poco fútbol, con férreos marcajes sobre los hombres más ofensivos de uno y otro bando. Ninguno quería perder.

Víctor Espárrago alineó a Balaguer, Geli, Coco, Armando, Sócrates Parri, Sotero, Catali, Zalazar, Menéndez, Pinilla y Rommel Fernández. En la segunda parte jugaron Antonio y Chesa.

Camacho jugó con Wilfred, Cota, Lema, Miguel, Paco Jémez, Josete, Pedro Riesco, Pablo, Polster, Pizo Gómez y Visnjic. En la segunda parte jugaron el guardameta Toni y Javi.

Riera Morro enseño tarjetas amarillas a Menéndez y Visnjic.

El Albacete había mejorado sus prestaciones defensivas con Espárrago en el banquillo, pero en este partido el marcaje de Pizo Gómez sobre Zalazar frenó sus acometidas ofensivas. Pizo fue un perro de presa sobre el uruguayo, algo que Camacho había negado que iba a hacer en los días previos al encuentro, pero del dicho al hecho hay un trecho. Con Zalazar anulado y Chesa en el banquillo al estar renqueante de un problema muscular el Alba no tuvo canalización en el centro del campo, donde Catali no tuvo su día. Atrás, Armando fue la sombra del peligroso Polster, con la ayuda de Sócrates Parri. Lo mismo ocurría en la otra portería, donde Paco Jémez se encargó de defender con dureza a Rommel Fernández. El partido tenía todos los condicionantes para acabar con un 0-0. La mejor ocasión del Rayo fue una acción a balón parado que acabó con Pedro Riesco delante de Balaguer, pero no supo resolver. Por su parte Rommel encontró un buen balón para su cabeza, en una falta sacada por Zalazar, pero el remate se estrechó en la cruceta que sembró las dudas en la defensa rayista que luego supo aprovechar el avispado Antonio. No sólo había sembrado dudas el remate de Rommel, sino que también provocó la lesión de Wilfred, que se estrelló contra el poste al intentar despejar con su cabeza y tuvo que dejar su sitio para un joven Toni Jiménez.

Antonio aprovechó una indecisión entre Toni y Lema para quitarles la cartera y marcar a placer en el minuto 73 el tanto que le valió al Albacete para derrotar aquella tarde al Rayo Vallecano. El defensa espero la salida del guardameta en un balón largo, pero Toni dudó y apareció por detrás de Lema Antonio para llevarse la pelota y marcar a puerta vacía. El de Iniesta, que había perdido su sitio en el once en detrimento de Pinilla se reivindicado siembre con goles y esa temporada hizo ocho.

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