Una victoria para cortar una mala racha
En el Vintage de esta semana no nos vamos a ir muy lejos, pues de todos los enfrentamientos con el Leganés vamos a recordar la visita del conjunto pepinero la temporada pasada, en lo que supuso cortar la racha negativa con la que el Albacete se complicó mucho la temporada. Y es que el Leganés visitaba el Carlos Belmonte en la jornada 12, que se disputó un sábado 8 de noviembre de 2014.
El Albacete había perdido en las siete jornadas anteriores, lo que había metido a los de Luis César en el farolillo rojo de la clasificación con sólo cinco puntos, a siete de la zona de salvación. Los ánimos estaban bajos y la afición trataba de mantener la esperanza cuando a nivel nacional no eran pocos los que calificaban al Alba como carne de cañón. En el club manchego las cosas estaban claras y existía una plena confianza en el trabajo del entrenador, que en ningún momento estuvo cuestionado desde dentro, lo mismo que ocurre esta temporada.
Ante los problemas en defensa y con la nueva lesión de Israel Bascón el club aprovechó para firmar al central toledano Jorge Pulido, un joven jugador formado en la cantera del Atlético de Madrid y que la temporada anterior había militado en el Real Madrid Castilla. Con el descenso del club madridista a Segunda B no quiso renovar y en la disputa se quedó sin equipo en el cierre del mercado veraniego. Ahora la posibilidad de fichar por la lesión de larga duración de Bascón traía a Pulido al Albacete, aunque la documentación no se pudo completar esa semana y no pudo debutar frente al Leganés.
El equipo, igual que ha pasado esta semana, se fue de concentración a San Pedro del Pinatar, para entrenar durante tres días en las instalaciones del Pinatar Arena. La intención era hacer piña y limpiar mentes para tratar de revertir la situación.
El 8 de marzo era el importante partido frente al Leganés y el club tomó medidas para intentar tener una buena entrada en el Carlos Belmonte, lo que consiguió al sobrepasar los 9.000 aficionados, algo complicado cuando se juegan los sábados. En el club pepinero, entrenado por Asier Garitano, militaba algún ex del Albacete, caso del central Santamaría o el centrocampista Fran Moreno, y se presentaba en una cómoda 10ª posición en la clasificación con 14 puntos, nueve más que el Albacete y a tres de la zona de descenso. La igualdad estaba en esa zona media de la tabla, pues hasta nueve equipos estaban entre los 15 y los 13 puntos.
El Albacete formó ese día con Dorronsoro; Antoñito, Noguerol, Edu Ramos, Juanra; Mario Ortiz, Portu; Samu, Rubén Cruz, Jorge Díaz; César Díaz. También jugaron Diego Rivas, Chumbi y Moutinho. Los problemas defensivos, con lesionados y jugadores ofreciendo un escaso nivel, provocaron el enésimo cambio en el lateral zurdo, donde jugó el joven Juanra. Edu Ramos bajó para formar pareja de centrales con Noguerol, mientras que en el doble pivote estuvieron Mario Ortiz y Portu. Rubén Cruz jugó en la media punta y como hombre más adelantado estuvo César Díaz, acostumbrado a jugar más por la banda derecha. Para colmo de males, en una acción del Leganés, con centro de Rubén Peña y remate de Eraso, Dorronsoro ponía a prueba sus felinos reflejos pero en la intervención agravaba unos problemas musculares en el cuádriceps y en el descanso tuvo que dejar su sitio a Diego Rivas.
El Leganés formó con: Queco Piña; Rubén Peña, Mantovani, Santamaría, Luis Ruiz; Eraso, Alberto; Velasco, Diamanka, Álvaro; Dioni. También jugaron Eizmendi, Fran Moreno y Aguirre.
El colegiado del encuentro fue el andaluz López Amaya, que tuvo una correcta actuación. En el bando local hubo cartulina amarilla para César Díaz, Portu, Jorge Díaz y Rubén Cruz. En el Leganés vieron amarilla Luis Ruiz, Mantovani y Santamaría. También fue amonestado el fisioterapeuta del Albacete, Daniel Bleda.
De inicio se pudo ver a un Albacete más arropado atrás y que se complicaba menos la vida a la hora de sacar el balón. Varias fueron las veces que Dorronsoro sacó en largo desde su portería. Además, el equipo metió una importante carga de intensidad, con una fuerte presión sobre el rival cuando no tenía el balón. César Díaz, como máxima referencia ofensiva, sacó loco al veterano Mantovani. El de Villamalea tuvo las primeras ocasiones, pero tras la acción en la que Dorronsoro intervino con acierto y se lesionó, el equipo tuvo dudas y acabó la primera parte con problemas, aunque la última ocasión fue clara para Antoñito a la salida de un córner, pero con todo a favor remató a las nubes.
Nada más comenzar la segunda parte, en la que Diego Rivas había sustituido a Dorronsoro, César Díaz aprovechó un buen pase desde la banda de Juanra para colocar el balón donde no podía llegar Queco Piña. El gol espoleó a los manchegos, que tuvieron numerosas oportunidades para sentenciar. Piña estuvo fino para desbaratar una ocasión de Rubén Cruz, que después remató a puerta vacía con la mala fortuna de estar por allí Santamaría para evitar el tanto en la misma línea de gol. También César Díaz pudo marcar el segundo, pero la sentencia no llegaba y el Leganés, con los cambios, despertó en la recta final del choque.
En los últimos cinco minutos el Leganés, que no había lanzado hasta entonces ningún saque de esquina, dispuso de cuatro consecutivos, sembrando el pánico en la defensa manchega y en la grada. Las siete derrotas consecutivas pesaban mucho. En el minuto 88 llegó la gran ocasión para el Leganés, en un remate de Fran Moreno que sacaron entre Diego Rivas y el palo. Los cinco minutos añadidos por el colegiado fueron un agobio constante, pero el Alba pudo salir vivo y lograr la victoria que cortaba su negativa racha de derrotas.
No valió para mucho más ese triunfo en ese momento, pues a pesar de sumar tres puntos el Albacete siguió colista y en la siguiente jornada fue goleado por el Recreativo de Huelva en un partido para olvidar. Quedaban todavía varias jornadas para ver al mejor Albacete.
