
Victoria en Primera y con Ferrando
De las visitas del RCD Mallorca al Carlos Belmonte hoy nos vamos a quedar con la que se produjo en la temporada 2003-2004 en Primera División, con César Ferrando en el banquillo del Albacete Balompié en su retorno a la máxima categoría del fútbol español. El Mallorca estaba en un momento álgido. Venía de ganar la temporada anterior la Copa del Rey y clasificarse para la Copa de la UEFA, con Gregorio Manzano en el banquillo. Con la marcha del técnico jiennense al Atlético de Madrid, ocupó su puesto el portugués Jaime Pacheco y las cosas no fueron nada bien. Precisamente la derrota en la quinta jornada en el Carlos Belmonte provocó su destitución y esos cinco partidos han sido la única experiencia de Pacheco en la liga española. Llompart se hizo cargo del equipo en la siguiente jornada, mientras se concretaba el fichaje de Luis Aragonés, que precisamente había dejado de entrenar al Atlético de Madrid, destino de Manzano, y regresaba al equipo balear, al que ya entrenó en la campaña 2000-2001.
En la campaña 03-04 el Mallorca había recuperado a Jesús Perera por una cláusula en su contrato, después de ser el pichichi de Segunda con el Albacete. Aunque tuvo mucha competencia y casi siempre que jugaba lo hacía saliendo desde el banquillo, el extremeño consiguió seis goles esa temporada en Primera. Por delante tenía nada más y nada menos que a Samue Eto’o y también estaban en la plantilla jugadores como Fernando Correa, Finidi o el portero Leo Franco. Todavía aguantaba el tipo Miguel Ángel Nadal, ya con 37 años, que aguantaría todavía una temporada más. En el Albacete, tras el ascenso, habían llegado jugadores como el portero Almunia, el centrocampista David Sánchez, el lateral después internacional Fernando Redondo, o los delanteros Aranda y el uruguayo Pacheco.
Llegada esa quinta jornada, el Albacete estaba pagando el peaje de recién ascendido y era el único equipo de Primera que todavía no había logrado puntuar, por lo que ocupaba el puesto de colista. El Mallorca había sumado cuatro puntos y ocupaba la 13ª posición y llegaba de empatar en su casa con el Sevilla (1-1). El conjunto manchego había encajado un 3-0 en Riazor frente al Deportivo.
El partido se jugó el domingo 28 de septiembre de 2003 y César Ferrando formó con: Roa, Óscar Montiel, Pablo Ibáñez, Unai Vergara, Paco Peña, Viaud, Líbero Parri, Lawal, Pacheco, Delporte y Amato. También jugaron Simeón, Pablo García y Mikel. En Mallorca jugó con: Leo Franco, David Cortés, Fernando Niño, Lussenhoff, Poli, Campano, Colsa, Marcos, Toni González, Eto’o y Bruggink. También jugaron Jesús Perera, Nené y Correa. El arbitraje estuvo a cargo de Undiano Mallenco, que tuvo una actuación perfecta. Hubo cartulina amarilla para Delporte y Pablo García. Jaime Pacheco, entrenador del Mallorca, no tenía licencia para entrenar en España, por lo que a efectos oficiales figuraba como entrenador su segundo, Bartolomé Llompart.
Detalles del partido fue que en los prolegómenos el joven Pablo Ibáñez recibía el Trofeo Garra por su actuación de la pasada temporada, otorgado por la Peña de Albacete en Madrid. También fue destacable la ovación que la afición del Carlos Belmonte, en torno a 15.000 espectadores ese día, dedicó a Jesús Perera cuando el ‘Tortuga’ entró al terreno de juego en el minuto 72 sustituyendo a Poli.
Por primera vez esa temporada el Albacete recordó al equipo que la campaña anterior había logrado el ascenso. Parri tomó el mando en el centro del campo, donde Viaud se multiplicaba en esa labor oscura pero que tan bien sabía hacer el francés en la medular, las bandas funcionaron y en defensa el equipo estuvo brillante. El resultado fue la primera victoria de la temporada que sacaba al equipo manchego del farolillo rojo y provocaba la destitución del portugués Jaime Pacheco.
En el club había tranquilidad a pesar de esos 0 puntos en las cuatro primeras jornadas. Había confianza absoluta en César Ferrando y en la plantilla, lo que sin duda fue clave para que el equipo por fin se soltara y empezase a jugar al nivel exigido por la categoría. En el Mallorca sólo hubo voluntad y el poco brillo que en ataque ofreció un joven Eto’o, entonces con 22 años.
Desde el primer momento se vio un Parri tocando el balón con maestría y dando al equipo mucho aire en ataque, sobre todo a la hora de jugar en las bandas con los motivados Lawal y Delporte, que dieron muchos problemas a los laterales baleares. Y a los 16 minutos llegó la falta en la frontal en la que Parri sacó petróleo al marcar un gol de bandera, por toda la escuadra. Leo Franco sólo pudo ver como el balón se metía en su portería.
Con el 1-0 el Alba reculó un poco, quizás por miedo a perder la ventaja, y eso dio un poco de oxígeno al Mallorca, que en el 43 tuvo una buena ocasión en las botas de Eto’o, al tocar su remate en un defensa y dejar batido a Roa, aunque el balón, con suerte, se fue al palo y se marchó fuera. En la segunda parte fue Bruggnik el que disparó a bocajarro con todo a favor, pero su remate se estrelló en un Roa bien colocado. Por fin, en el minuto 79, llegó la sentencia a favor del Albacete con una de esas acciones de estrategia que tanto le gusta trabajar a Ferrando. Paco Peña sacó de banda a Pablo García, que de primeras devolvió la pelota a la entrada por esa banda del propio Peña. El lateral zurdo puso el balón perfecto para la llegada de Mikel para hacer una de las cosas que mejor se le daban, rematar de cabeza al fondo de las mallas. Con el 2-0 el partido quedó visto para sentencia y llegó esa primera victoria para el Albacete de Ferrando en Primera en la temporada 2002-2004.
