El mejor momento del Queso Mecánico
El Albacete necesita romper la racha negativa en la que está inmerso actualmente y todo lo contrario ocurrió en la visita del Osasuna en la primera temporada del conjunto manchego en Primera División, que se produjo en pleno éxtasis futbolístico del Queso Mecánico. El Alba había debutado en Primera ante el Osasuna en El Sadar y había pagado la novatada. En el primer partido de la segunda vuelta el equipo pamplonica visitaba el Carlos Belmonte y ambos equipos presentaban dinámicas muy diferentes.
Ese partido que daba inicio a la segunda vuelta del campeonato se disputó un 3 de febrero de 1992. El Euro-Osasuna de Pedro Mari Zabalza había sido eliminado en diciembre de la Copa de la UEFA por el Ajax y su trayectoria en la liga nada que tenía que ver con la gran campaña realizada el año antes. En la primera vuelta, como visitante, apenas había logrado sumar tres empates, cosechando siete derrotas. Esa irregularidad lo tenía en la clasificación, justo en el ecuador de la competición, en el puesto 14 con 16 puntos (hay que recordar que en aquellos años todavía se contaban dos puntos por victoria y no tres). Antes de viajar a Albacete, el Osasuna había empatado en casa del Deportivo de la Coruña (0-0).
El Albacete era el equipo de moda. Ocupaba el sexto puesto en la clasificación, todo un logro para un equipo que debutaba en una categoría que no había pisado antes en su historia. El Queso Mecánico estaba en pleno apogeo, con 23 puntos en la clasificación y 10 jornadas consecutivas sin conocer la derrota. El último partido de la primera vuelta había sido espectacular, con el triunfo sobre el Atlético de Madrid de Luis Aragonés por 3-1. Frente a Osasuna sumó su undécimo encuentro sin perder y en la siguiente jornada asaltó Mestalla con un empate (1-1) que bien pudo ser una victoria si Aquino hubiera acertado con un mano a mano con Sempere en el último minuto. Hasta 15 partidos sin perder estuvo el Alba de Floro.
En esa dinámica positiva llegó el partido contra Osasuna, lo que se notó ya que los manchegos se sobrepusieron a todas las adversidades y se llevaron el triunfo por 1-0.
Benito Floro alineó en ese encuentro a Conejo, Geli, Coco, Sócrates Parri, Oliete, Catali, Zalazar, Chesa, Julio Soler, Aquino y Menéndez. También jugaron Manolo y Antonio. En el Osasuna, Zabalza formó con Roberto, Larrainzar II, Bustingorri, Pepín, Larrainzar I, Martín González, Urban, Merino, Cholo, Ibáñez y Martín Domínguez. También jugó Stevanovic.
El colegiado del encuentro fue el gallego García de Loza, que expulsó de forma muy rigurosa a Oliete con una roja directa en una acción similar a otras que se produjeron durante el partido y que fueron sancionadas con tarjeta amarilla e incluso en algún caso quedaron sin amonestación. El suceso se produjo en el minuto 38 del primer tiempo, por lo que el Alba jugó más de 50 minutos con un hombre menos. Vieron la amarilla Coco por el Alba y Larrainzar II y Martín González por el Osasuna.
El conjunto navarro jugó con reservas, buscando en contragolpe, pero el Albacete se posicionó muy bien para evitar ser sorprendido. Dos estilos diferentes estaban en liza y los primeros minutos parecía una partida de ajedrez, con ambos contendientes estudiándose y buscando la manera de hacer daño al contrario. Pasados los primeros 20 minutos el equipo de Floro empezó a rondar la portería defendida por Roberto. En el minuto 26, un rechace en corto de la defensa pamplonesa fue cazado por Zalazar fuera del área y con su habitual potencia conectó un durísimo disparo ante el que nada pudo hacer Roberto, que hizo la estatua ante el misil tierra-aire enviado por el uruguayo. Pudo aumentar su cuenta el Albacete poco después, en una jugada en la que Geli, rompiendo el fuera de juego, se plantó ante Roberto, pero su remate salió demasiado cruzado y se fue a la grada.
Llegó el minuto 38 y la expulsión de Oliete, lo que hizo al Osasuna dar un paso al frente que empezó a generar peligro, sobre todo en el juego aéreo. El descanso vino como anillo al dedo al Albacete porque dio la posibilidad a Floro de rehacer sus líneas. Menéndez bajó al lateral, Julio Soler se fue a la izquierda y Manolo, en entró por Chesa, se puso en la derecha. El equipo manchego tenía que defender el resultado y el Osasuna se encontró con la mala puntería de sus delanteros, uno de los caballos de batalla para los navarros esa temporada. En el minuto 57 hubo una doble ocasión para Cholo y Urban tras una mala cesión de Parri que salvaron entre Conejo y el poste. En el 72 Cholo mandó a las nubes tras plantarse sólo ante el guardameta costarricense, que cuajó una actuación espectacular dando al equipo una gran seguridad.
García de Loza prolongó el partido cinco minutos, con otra gran ocasión clara para Cholo de cabeza que se fue fuera. Terminó el partido, el Albacete sumó su undécimo partido sin perder y ascendió a la quinta plaza de la tabla y ya se anunciaba la masiva representación albaceteña siete días después en el entonces denominado Luis Casanova para que ardiera Valencia un mes antes de las Fallas. Era el mejor momento del Queso Mecánico y la afición albaceteña, que frente a Osasuna rozó el lleno en el Belmonte, estaba encantada con su equipo.
