Molina y Morientes fueron los protagonistas
El Albacete recibe al Real Zaragoza en la segunda ronda de la Copa del Rey, en la que entran en liza los equipos de Segunda División, que de inicio juegan entre ellos en eliminatoria a partido único. El sorteo deparó que se juegue en el Carlos Belmonte. Existe un precedente copero con el Real Zaragoza, concretamente en la campaña 94-95, con ambos en Primera División y con la mejor participación en este torneo por parte del Albacete Balompié al llegar hasta semifinales.
Albacete y Zaragoza se encontraron en los octavos de final. Entonces todas las rondas se jugaban a ida y vuelta. El Albacete había superado a Beasain y Sestao, mientras que el Zaragoza entraba en competición en esos octavos de final al estar inmerso en competiciones europeas. Precisamente el equipo de Víctor Fernández jugaba la Recopa por haber sido campeón de la Copa del Rey en la campaña anterior y se alzaría con el título continental gracias al recordado gol de Nayim desde el centro del campo frente al Arsenal.
El Zaragoza había reunido una plantilla de alto nivel con Cedrún, Aguado, Cáceres, Aragón, Nayim, Esnaider, Poyet, Pardeza, Higuera y Cafú, entre otros. El Alba, que esa temporada terminó descendiendo en la promoción con el Salamanca, todavía contaba con algunos de los componentes del Queso Mecánico, como Zalazar, Antonio, Coco o Manolo, y contaba con jugadores como Dos Santos, el guardameta Molina, Santi Denia, Dertycia, Bjeliça, Fonseca, Sala o un joven Fernando Morientes, que fue la estrella de la eliminatoria y eso le valió para que al final de temporada el Real Zaragoza pagara por su traspaso.
El partido de ida se jugó en el Belmonte y el Albacete se mostró superior, aunque el resultado fue corto. La primera parte terminó sin goles, pero con varias buenas ocasiones para el Alba, algunas en la cabeza de Morientes y con mucho trabajo para Cedrún. También en la portería local Molina había realizado dos intervenciones de mérito. Tras errar un nuevo remate, por fin Morientes abría el marcador en el minuto 60 (1-0). Poco después llegó un penalti de Sotero sobre Cafú, pero el remate de Higuera lo detuvo Molina. En el 79 una gran jugada de Zalazar propició el 2-0, obra de Fonseca, pero dos minutos después un gol del zaragocista Óscar dejó viva la eliminatoria (2-1).
En La Romareda hubo dos protagonistas con nombre propio, Molina y Morientes. El cancerbero fue un pulpo que desbarató numerosas ocasiones mañas y desesperó a la parroquia local, mientras que el delantero remató la faena con un soberbio gol que significó la clasificación. Hasta cinco ocasiones clarísimas tuvo el Zaragoza en la primera mitad, pero se encontró con un Molina imbatible. Con el 0-0 se llegó al descanso y en la reanudación, tras gran jugada de Bjeliça, Morientes ponía el 0-1 que ponía la clasificación en bandeja. El Zaragoza lo intentó todo y sólo en el minuto 86 logró batir a Molina, por mediación de Esnaider, pero el 1-1 no fue suficiente para evitar que el Albacete lograse la clasificación para los cuartos de final y dejase en la cuneta al vigente campeón del torneo.
