Muchos son los enfrentamientos que el Albacete Balompié ha tenido con el Zaragoza, ya que se ha encontrado muchas veces en las últimas décadas tanto en Primera como en Segunda. Ya hemos hecho un vintage general de enfrentamientos y dos particulares con victoria para los manchegos así que toca la tercera y última ocasión en la que el Alba pudo ganar al Zaragoza en Liga en el Carlos Belmonte.
Hay que remontarse a la temporada 2004-05 en Primera División, en la 22ª jornada del campeonato y con un Albacete que marchaba tercero por la cola con José González en el banquillo y un vestuario que era una auténtica bomba. A esas alturas de la temporada, ya en el mes de febrero, el Alba sólo había podido ganar cuatro partidos de los 21 disputados y llegaba a esta jornada tras sumar sólo seis puntos de los últimos 24 posibles. El entonces presidente Ángel Contreras confirmaba en su cargo una semana sí y otra también al técnico gaditano, que pudo respirar un poco con el triunfo contra el Zaragoza, engordar para morir ya que era destituido dos jornadas después, tras perder en Mallorca y volver a caer derrota contra el Numancia en el Belmonte.
Llegaba el partido contra el Zaragoza y el clima no era bueno. El club había decidido en el cierre del mercado fichar a un uruguayo, Horacio Peralta, y dejar sin ficha a Jordi Ferrón. Ni que decir tiene que Peralta fue uno de los pufos de esa campaña y que no fue nada elegante el trato dado a Ferrón. Una semana después de jugarse contra el Zaragoza, Gustavo Siviero, uno de los pilares del ascenso en el 2003, decidía marcharse al Colón de Santa Fe, otra muestra más de la descomposición que sufría el equipo.
El Zaragoza, entrenado por Víctor Muñoz, llegaba situado más o menos en la mitad en la tabla, la duodécima posición con 28 puntos, ocho más que el Alba de José González, que había sufrido un ataque de apendicitis a principios de semana y salió del hospital para estar ese día en el banquillo del Belmonte, tras una semana en la que su ayudante, Alfonso Cortijo, se había hecho cargo de los entrenamientos.
José González formó ese día con Gaspercic, Óscar Montiel, Buades, Rubén González, Paco Peña, Álvaro Rubio, David Sánchez, Peralta, Pacheco, Momo y Francisco. También jugaron Jaime, Mikel y Mark González.
Víctor Muñoz sacó en el Zaragoza a Luis García, Ponzio, Álvaro Maior, Milito, Toledo, Zapater, Movilla, Galletti, Óscar González, Savio y David Villa. También jugaron Soriano y Rubén.
El colegiado del encuentro fue el cántabro Teixiera Vitienes, malo de solemnidad, con muchas más quejas, obviamente, por la parroquia zaragocista, que vio su actuación determinante para su derrota. Señaló dos penaltis a favor del Albacete, el primero muy discutible y, por ende, la expulsión zaragocista en la que derivo, pudo haber otros dos en el área del conjunto manchego que no señaló y anuló un gol legal al Alba. Un cúmulo de despropósitos. Víctor Muñoz lo dijo muy claro en la sala de prensa al final del partido. “He visto un vestuario humillado por la actuación arbitral”.
El partido tuvo a un Albacete muy nervioso por su situación, sobre todo en la recta final del choque frente a un Zaragoza con dos hombres menos. Pacheco fue la figura del partido, no sólo por anotar los dos penaltis que dieron el triunfo al Alba, también porque el uruguayo mostró un temple y una disposición que no veía en otros de sus compañeros. El uruguayo fue otro de esos jugadores que lo dieron todo por el club y tuvo después una salida por la puerta de atrás y no exenta de polémica.
Con ese manojo de nervios con el que el Alba empezó el partido, el Zaragoza lo aprovechó pronto y se adelantó en el minuto 14 en un saque de esquina. El central Álvaro Maior tocó en el segundo palo y Óscar González cabeceó dentro de las mallas. Poco después llegó un gol de Pacheco anulado por un fuera de juego de Momo más que discutible, sobre todo porque el a balón le llegó de un rebote y no de un compañero.
Con 0-1 se llegó al descanso. No pudo empezar mejor la segunda parte, pues un balón en el área del Zaragoza acabó con Teixeira Vitienes señalando penalti. Al parecer la pelota había tocado en la mano de Óscar González, que reclamaba llevarla pegada al cuerpo y, por la posición, no tener disposición para hacer otra cosa al interceptar un intento de centro de Momo. Para más inri el colegiado le mostró una tarjeta amarilla y, al ser la segunda, era expulsado. Pacheco trasformó la pena máxima y el Alba empató el partido.
Con uno menos el Zaragoza siguió apretando, pero llegó otro penalti a favor del Albacete, en el minuto 81, cuando el almeriense Francisco, arrancando en posición dudosa, se plantó al Luis García y el guardameta del conjunto maño lo derribó en el área. El colegiado señaló penalti y expulsó al portero del Zaragoza. Pacheco trasformó su segundo penalti y el Alba se puso por delante en el marcador.
Víctor Muñoz hizo el obligado cambio para poner al portero suplente, el aragonés Rubén Falcón, en lo que fue su debut en Primera División y su primer partido con el primer equipo tras varios años en el filial. En la jornada siguiente, por la sanción a Luis García, volvió a jugar (Zaragoza, 1 – Barcelona, 4) y ya no volvió a disputar un partido de Primera en su carrera.
La recta final del choque evidenció los problemas del Alba, que se veía superado por un Zaragoza con dos hombres menos. Pero los maños, que reclamaron otro penalti en el área del Alba ya en el tiempo añadido, no pudieron variar el marcador y el triunfo quedó en casa por 1-2. La victoria hizo al Albacete salir de los puestos de descenso, pero fue un espejismo y no le valió para mucho. A pesar del cambio de entrenador dos semanas después, los manchegos no pudieron evitar el descenso a Segunda y cerrar su segunda y última etapa como equipo de Primera.
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