Son muchas las veces que el Albacete ha visitado Asturias, con esos enfrentamientos ya fuera en Primera o en Segunda con Sporting de Gijón y Real Oviedo. Ya hablamos aquí de la primera visita al viejo Carlos Tartiere en aquella mítica primera temporada en Primera en la que el Alba ganó con un gol de estrategia ‘made in Floro’. Aunque muchos ha sido después los enfrentamientos, también en el nuevo y bonito Carlos Tartiere, nos seguimos quedando con aquella etapa en Primera y esas fotos en blanco y negro del gran maestro Jesús Moreno, para recordar otro triunfo manchego y otra vez con Floro en el banquillo, en la extraña temporada 1994-95.
Resultó extraña por muchos motivos. El Albacete empezó con Luis Suárez en el banquillo, pero el mítico jugador y exseleccionador apenas duró una jornada, pues presentó su dimisión para regresar a su Milán. El club retomó la que había sido su primera opción para el banquillo, pero que por ciertos motivos no se había llevado a efecto, que no era otro que Benito Floro, finalizada su etapa con el Real Madrid.
Con Floro la temporada fue de altibajos, pues mientras en la liga se pasaban apuros, en la Copa el equipo realizó la mejor campaña de su historia, plantándose en semifinales, donde terminó cayendo frente al Valencia, que recibió la inestimable colaboración de los trencillas. La irregularidad en Liga terminó llevando al Alba a una promoción en la que nadie se esperaba el desastre frente al Salamanca. Luego, el descenso no se consumó, pues se produjo aquel famoso lío con el Sevilla y el Celta que terminó con la repesca de Albacete y Valladolid para la Primera División.
La visita al viejo Carlos Tartiere se produjo ya casi al final de Liga. El Alba estaba dulce, acababa de dejar en la cuneta al Atlético de Madrid en los cuartos de final de la Copa del Rey, después de haberse cargado al campeón Zaragoza en la ronda anterior. El viaje a Oviedo era precisamente el fin de semana anterior al partido de ida de semifinales ante el Valencia en Mestalla. El equipo trataba de sacar la cabeza en la liga y evitar el descenso y la promoción. Por abajo, el descenso directo estaba casi decidido, pues colista era el Logroñés con sólo 13 puntos y por encima estaba el Valladolid con 21. La zona de promoción la ocupaban el Albacete y el Sporting de Gijón con 28 puntos. El Oviedo de Radomir Antic estaba en una cómoda novena plaza con 37 puntos, con opciones incluso de meterse en zona europea, aunque los carbayones sólo fueron capaces de sumar dos puntos de los últimos ocho posibles (todavía la victoria valía dos puntos).
Protagonista en aquella temporada en el Albacete fue, sin lugar a dudas, Fernando Morientes. El delantero que llegó a la cantera del club manchego con 15 años ya había debutado en Primera la temporada anterior, con 17 años. En esta, con 18, jugó 20 partidos y marcó cinco goles, normal que al final de temporada y con el descenso el club manchego decidiera venderlo por una importante cantidad de dinero de la época al Real Zaragoza (equipo al que había masacrado en los octavos de final de la Copa del Rey).
El ‘Moro’ también fue protagonista en Oviedo, donde jugó un gran encuentro, marcó un gol y regaló otro. Su cambió en los minutos finales recibió la ovación de la afición el Oviedo.
Benito Floro formó ese día con: Molina, Coco, Albert Tomás, Fradera, Sotero, Sala, Santi, Bjeliça, Zalazar, Morientes y Andonov. También jugaron Cordero y Fonseca.
En el Oviedo, Antic colocó a: Mora, Cristóbal, Sietes, Jerkan, Rivas, Jokanovic, Prosinecki, Armando, Oli, Carlos y Berto. También jugó Jankovic.
El colegiado del encuentro fue Santamaría Uzqueda, que tuvo sus errores y pitó tres penaltis, dos a favor del Oviedo y uno del Albacete. Vieron cartulina amarilla Prosinecki, Molina, Coco, Fradera y Bjeliça.
El Alba comenzó el partido con muchas ganas, pero poca claridad ofensiva, mientras que el Oviedo se mostraba muy conformista para ser un equipo que buscaba su pasaporte europeo. La mejor ocasión para el Albacete fue un zapatazo de Zalazar a la media hora de juego que se estrelló en el larguero. El uruguayo jugaba con fiebre, pero de sus botas salieron las mejores jugadas del encuentro. Cuando ya estaba próxima a finalizar la primera parte despertó Prosinecki y el croata hizo jugar al Oviedo. Así, antes del descanso, una caída de Jokanovic dentro del área fue considerada penalti por Santamaría Uzqueda y Prosinecki hizo el 0-1 justo antes del descanso.
Se dice que esos goles suelen ser psicológicos, a la hora de penalizar al que los encaja. Pues sucedió todo lo contrario, porque el Albacete dio todo un recital en la segunda mitad para darle la vuelta al partido y conseguir un valioso triunfo que le permitía con seguir soñado con la permanencia.
El colegiado castellano leonés se equivocó al señalar como saque de esquina un balón que había sido lanzado fuera por Morientes. Bjeliça, con esa fantástica pegada que tenía el croata a balón parado, colocó perfectamente el balón al segundo palo donde apareció la cabeza de Morientes para hacer el 1-1. Zalazar estaba dando un recital de pases y en el minuto 56 metió uno de lujo para Bjeliça, que entró en el área y Cristóbal sólo acertó a frenarlo con una falta que Santamaría Uzqueda señaló como pena máxima. Zalazar mostró su habitual seguridad desde el punto de penalti y transformó el que era su undécimo tanto de la temporada.
El Alba ganaba 1-2 y las cosas pudieron cambiar en el minuto 62. Fradera hizo una falta sobre Armando que el colegiado señaló fuera del área, pero, tras consultar con su juez de línea, Santamaría Uzqueda rectificó y señaló penalti, con las claras protestas de los jugadores del Alba. Prosinecki lo lanzó por le mismo sitio y Molina se lo paró. Eso acabó de desesperar al Oviedo, que empezó a jugar con más corazón que cabeza. Antic quitó a un defensa para colocar otro delantero. Craso error, porque eso dejó hueco para que Morientes terminase de redondear su tarde. Tras una primera acción en la que el cancerbero Mora salvó un mano a mano, el delantero tuvo otro balón con el que dejó sentado a Rivas y, ante la salida de Mora, le dejó el gol en bandeja al otro canterano del equipo, Santi Denia. El 1-3 sentenciaba definitivamente el partido para un Albacete que había desplegado un fútbol espectacular en la segunda parte y un Morientes que era despedido por la afición local con aplausos cuando fue sustituido por Fonseca.
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