La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Albacete ya ha dado a conocer las penas para los padres condenados por el asesinato de sus dos bebés en Caudete, con un año de diferencia y cuando los dos tenían cuatro meses. Las penas en ambos casos superan los 50 años de cárcel, si bien la madre ha sido condenada a más años porque se ha tenido en cuenta el atenuante de la inteligencia límite del padre.
En la sentencia, la abuela paterna ha sido condenada a cinco años de cárcel por el delito de cooperadora en el maltrato al segundo bebé, pero queda absuelta del de homicidio por imprudencia grave del que también se le acusaba.
El Ministerio Fiscal había pedido para los padres la prisión permanente revisable, pero la magistrada ha impuesto distintas penas a ambos.
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La madre, A.M.G., tendrá que cumplir 45 años de cárcel por los delitos de asesinato, así como a otros 17 años y medio por los cinco delitos de lesiones. Y otros tres años y medio de cárcel por los dos delitos de maltrato habitual.
Por otra parte, el padre, G.R.T., deberá cumplir 20 años por cada asesinato -40 en total- así como 10 años y cinco días por los cinco delitos de lesiones; y tres años y medio por los delitos de maltrato habitual, de los que el jurado popular le declaró culpable durante el juicio.
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Se ha considerado como hechos probados que ambos progenitores, de común acuerdo y aprovechando la situación de indefensión del bebé y la intimidad de su hogar, sometieron a su primer hijo «a un ambiente hostil, de forma voluntaria y consciente» y que «propinaban golpes al menor, lanzándolo desde lejos violentamente sobre una sillita de bebé» o que llegaron a fracturarle la clavícula, sin llevarle al médico hasta que un golpe en la cabeza contra una superficie dura no determinada, de forma violenta, le causó un grave traumatismo craneoenfálico por el que acabó falleciendo en el Hospital de Albacete.
Después, en febrero del año 2019, nació el segundo hijo de la pareja, sobre el que se considera probado fue sometido a situaciones similares de malos tratos.
Entre otros episodios de fuertes golpes por los que no recibió la atención médica necesaria, se ha considerado probado que, en la madrugada del 28 de junio de ese mismo año, cuando contaba con solo cuatro meses, los padres le golpearon fuertemente en la espalda. La fractura que sufrió en las costillas le produjo un hemotórax , colapso respiratorio , hipoxia, atelectasia pulmonar y grave insuficiencia respiratoria, que acabaron provocando su muerte.
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