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• Bomberos de Albacete han tenido que rescatar a tres vecinos que habían quedado atrapados por las inundaciones en la zona de La Casita.

Hacía tiempo que no pasaba, pero la fuerte tromba de agua que la DANA dejaba este viernes por la tarde en Chinchilla de Montearagón ha provocado que, esta noche, las inundaciones vuelvan a la ciudad de Albacete, en la zona de La Casita.

Se trata de la entrada a la capital por la carretera de Valencia y el agua que baja de Chinchilla de Montearagón ha hecho que, tiempo después, vuelva a inundarse este lugar de la ciudad.

Durante años era habitual que con las lluvias fuertes en Chinchilla de Montearagón esta zona se inundara. Alguna de las actuaciones que ADIF llevó a cabo en el lugar para evitar afecciones en las vías del tren, también a petición del Consistorio, sirvieron para que, con anteriores tormentas, esto no sucediera, pero con la fuerte tromba de agua de este viernes, ha acabado por llegar hasta esta zona de la capital. Hay que recordar que siguen estando medidas pendientes como obras previstas por parte de la Confederación Hidrográfica, que el Ayuntamiento reclama desde hace tiempo.

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Esta noche, el agua llegaba a la zona y la Policía Local de Albacete tenía que acudir para alertar a los vecinos, en un operativo del que también formaban parte los Bomberos. Los primeros afectados han salido sin problemas, pero otros después han tenido que ser rescatados.

El concejal de Seguridad, Francisco Navarro, se ha desplazado hasta el lugar, junto al concejal de Proximidad, Carlos Calero. También el gerente de Aguas de Albacete, José Belda, así como distintos vecinos de estas las zonas afectadas como el barrio de Medicina. La presidenta de la Asociación de Vecinos del Barrio de Medicina, Raquel Haro, también seguía de cerca las actuaciones de los servicios de Emergencia.

Y es que incluso ha habido que rescatar a vecinos a los que el agua ha sorprendido en sus residencias antes de poder salir de las mismas. Eso sí, sin tener que lamentar heridos. En concreto, tres vecinos abandonaban sus casas en canoas, junto a Bomberos, cerca de la una de la madrugada.

Uno de los vecinos -que estaba con su pareja que ha sido rescatada y él ha salido con el perro- ha relatado a Masquealba que su casa está algo más alta que otras y él de inicio ha podido salir bien, pero que ahora ya estaba entrando el agua en la casa.

Se mostraba preocupado porque ahí tienen gran parte de sus pertenencias, además de los coches.

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Los Bomberos no se olvidaban tampoco de mascotas ni animales y en el rescate, en el que Masquealba era el único medio de comunicación presente in situ, hemos podido ver cómo han sacado, también en canoa, a gallinas o pollos. Personal de la protectora de animales El Arca de Noé se desplazaba aquí para hacerse cargo de algunos de estos animales y poder atenderles.

Por cierto, los Bomberos incluso han señalado que había quedado una oca dentro, pero que no corría peligro, que incluso estaba nadando. Había que tomarse con resignación y alguna sonrisa una situación que durante años se repitió con frecuencia en nuestra ciudad, que hacía tiempo que no sucedía, pero sobre la que las Administraciones deben volver a poner sobre la mesa las soluciones que hacen falta. Y ejecutarlas, evidentemente.

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El propietario de la empresa Decorance, afectada por las inundaciones, se encontraba también en la misma, tratando de retirar lo afectado y haciendo balance. Varios empleados se acercaban hasta aquí para ayudar.

En la compañía tienen de por sí adoptadas medidas de prevención para estos casos -ya que no era la primera vez que se ven afectados- pero esta vez ha llegado tanta agua -por la brutal tormenta sobre Chinchilla- que ha sido imposible salvar el 100% de sus productos.

Vuelve a ser una noche larga en el entorno del barrio de Medicina que lleva tiempo padeciendo los efectos de las inundaciones. Esta madrugada era el turno de ayudar a los vecinos que estaban atrapados y evitar males mayores en lo personal. Desde este mismo sábado tocará hacer balance y pedir las medidas que, de una vez por todas, resuelvan un problema que se extiende ya demasiado en el tiempo.

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