Política de movilidad insostenible.
Ya han pasado más de 30 años desde que Margaret Thatcher, icono del liberalismo de los 80, dijera que cualquier persona mayor de 26 años que no se moviera en su propio coche, ya fuera andando, en transporte público o en bicicleta, podía considerarse un fracasado. Han pasado 30 años y, todavía hoy, mucha gente considera así al ciclista, al patinador, al peatón o a quien usa el transporte público.
Pero han pasado 30 años y el mundo ha cambiado. Tenemos un número insoportable de coches que inundan las ciudades; miles de personas pierden horas de productividad diariamente en atascos, en semáforos, en transportarse de una forma lenta e ineficiente, quemando miles de euros en combustible y haciendo irrespirable el aire a su alrededor. La contaminación atmosférica y el ruido alcanzan niveles intolerables, insalubres y peligrosos, también en Albacete. El cambio climático es evidente, innegable e irreversible. No, no son mensajes catastrofistas ni que anuncian un inminente fin del mundo. Es lo que nos dice la Ciencia y Europa, y que algunos vemos diariamente con solo mirar por la ventana o respirar.
Aunque la actual crisis, injusta e intolerable, y el precio del combustible están haciendo que muchos opten por otras formas de transporte con el fin de ahorrar, también están haciendo que muchos, además, se den cuenta de que dejar el coche en el garaje y desplazarse andando o en bici, es mucho más racional y saludable, para ellos, para todos, para la ciudad. En cambio otros siguen viendo la bicicleta como un deporte, un pasatiempo, una moda o incluso una inmadurez, cuando en realidad es un medio de transporte que, entre otras cosas, no contamina. Pero es que ya hace una década, la Unión Europea recomendó la apuesta por el transporte sostenible y el uso de la bicicleta en las ciudades del viejo continente. Indicaba ya entonces que el 73% de los ciudadanos consideraba que la bicicleta debía tener un trato preferente y calculaba que el 30% de los desplazamientos en coche cubrían distancias de menos de 3 km.
Entonces, ¿por qué 10 años después se sigue apostando por una política de movilidad y transporte de hace 30 años en vez de mirar al futuro o simplemente al presente? El número de ciclistas urbanos, jóvenes y mayores, que usan la bicicleta a diario para desplazarse por Albacete crece cada día. Es una evidencia que se puede comprobar con mirar a la calle, así que ¿no será más lógico volcarse con un medio de transporte sostenible y no contaminante propiciando espacios, ventajas y seguridad en vez de reducirlo, abandonarlo o poner trabas absurdas e incoherentes?
Lo primero es entender que la bicicleta es movilidad, es transporte sostenible, es menos atascos y menos contaminación. Hay que entender que el ciclismo urbano no es cuestión de izquierdas ni derechas, no lo es en Europa, pero sí parece serlo en Albacete. Debería quedar fuera de las estúpidas guerras ideológicas entre partidos políticos, ¿sabes por qué? Pues porque moverse en bicicleta por Albacete es más lógico y práctico.