Euroconsult Alcobendas pasó por encima de un Albacete Basket que no encontró su sitio en el pabellón de ANTELA PARADA de la localidad madrileña en la tarde del sábado.
Desde el principio los granates se mostraron como un peligrosísimo equipo desde el perímetro que perforaba el aro de los de Gálvez con porcentajes estratosféricos. Los albaceteños no encontraban su juego interior con facilidad ante la dura defensa presionante rayante a los límites del reglamento que los de Carlos Hidalgo plantearon.
El primer periodo con Albacete Basket intentando mostrarse correoso y estirándose intentando defender presionando en toda pista se cerró ya con un poco esperanzador 32-19.
La superioridad de los madrileños fue manifiesta durante al menos tres de los cuatro periodos, lo que no quita para que la actuación del arbitro, Sr. Orgaz fuera escandalosa al menos en la misma medida. El tercer ataque consecutivo de Albacete Basket (con el mismo protagonista, Giorvis Elías) que el colegiado tenía a bien parar por pasos del cubano (mientras le hacían una clara antideportiva) saacaba de sus casillas a un Gálvez que, fuera de sí, pateó una botella en el banquillo, lo que le valió la primera de las dos técnicas que le descalificaron. Nadie comprende aún el por qué, el cuándo, ni el cómo de la segunda.
Lo que sí es cierto es que Gálvez, indignado, se dirige en el momento de su expulsión a Orgaz en busca de una explicación que no obtiene en ningún momento. Siempre según la redacción del acta arbitral, Alfredo se negaba a abandonar la pista. Con éste pretexto el árbitro retiene la ficha federativa de Gálvez que podría acarrear sanción.
Al descanso se llegó con un incontesstable 66-30. Arjonilla y Álvarez convertían en puntos todo lo que caía por sus manos. La nefasta actuación de los sres. Orgaz y Tejo no es excusa para un Albacete Basket que seguía sin entrar en el partido.
Sólo momentos de Elías, lanzamientos por puro pundonor de Ferry y la entrega del mejor de los nuestros ayer, Miguel Raez (con 25 puntos y 11 rebotes, 27 de valoración) nos mantenían si no con algo de vida sí de esperanza al atardecer del tercer cuarto.
Y en el último una cierta relajación de Alcobendas, que llegaba al último periodo con una diferencia de 46 puntos (96-50) permitió maquillar algo el resultado final. Bonete y Andrew lucharon y mostraron orgullo y amor propio para terminar recortando en algo la diferencia final. Raez en la pintura y también desde fuera y Ferry buscando siempre la muñeca que tan buen acierto desde la línea de tres suele dar. El partido, 115-82. La derrota, sin excusas. La actitud arbitral, sin disculpa.
Momento para pasar página y acoger la próxima semana en el pabellón ante Alcázar a un equipo que volverá a darlo todo para volver a la senda de la victoria.